El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, reafirmó hoy su compromiso con las negociaciones para alcanzar un alto el fuego temporal en la Franja de Gaza y la liberación de rehenes israelíes, mientras subrayaba el compromiso de Washington con la seguridad de Israel después del reciente ataque de Irán.

"Estamos comprometidos con la seguridad de Israel", afirmó Biden en declaraciones a los medios de comunicación antes de reunirse en el Despacho Oval de la Casa Blanca con el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani. "Estamos comprometidos con un alto el fuego que traiga de vuelta a los rehenes y evite que estos conflictos se extiendan más allá de lo que ya se han extendido", agregó.

Estados Unidos ha estado actuando como mediador junto a Egipto y Catar en las negociaciones entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, con el objetivo de lograr una tregua en la guerra en Gaza. Sin embargo, estas conversaciones se encuentran actualmente en un punto muerto después de que Hamás rechazara la última propuesta el pasado sábado.

Biden elogió el "esfuerzo militar sin precedentes para defender a Israel" llevado a cabo por EE.UU. y sus aliados, que junto con Israel lograron interceptar casi todos los drones, misiles y misiles balísticos lanzados por Irán contra territorio israelí en el primer ataque directo de Teherán contra Israel.

La reunión entre Biden y Al Sudani estaba originalmente agendada para abordar las relaciones entre EE.UU. e Irak, centrándose en temas de seguridad, tropas estadounidenses en Irak, así como en cuestiones energéticas, económicas e de inversión. Sin embargo, el ataque de Irán a Israel ha eclipsado la agenda original de la reunión, especialmente después de que algunos drones y misiles sobrevolaran el espacio aéreo iraquí y otros fueran lanzados desde Irak por grupos chiíes respaldados por Irán.

Aunque Israel logró interceptar la mayoría de los misiles con la ayuda de Estados Unidos, el Reino Unido y Jordania, la ofensiva iraní dejó herida de gravedad a una niña y causó daños leves en una base de la Fuerza Aérea en el sur del país.

Irán afirmó que el ataque fue una represalia al bombardeo del 1 de abril contra su consulado en Damasco, atribuido a Israel, que provocó la muerte de seis sirios y siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní, incluidos dos generales. Aunque Irán ha declarado la conclusión de su ofensiva, advirtió que contraatacará si Israel responde.