Tras el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE) y los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), Javier May, candidato de Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se perfila como el virtual ganador de la elección a la gubernatura de Tabasco.

De acuerdo con los datos del PREP, Javier May obtuvo el 80.53% de los votos emitidos, con el 85.17% de las actas contabilizadas. En segundo lugar quedó José Manuel Fósil, con el 6.70% de los votos, mientras que María Inés de la Fuente se ubicó en tercer puesto con el 5.41%, seguida de cerca por Lorena Burregard, quien obtuvo el 5.31%.

Javier May deberá recibir su constancia de mayoría y tomará posesión como gobernador el 8 de diciembre de 2024, cargo que ocupará hasta el 7 de diciembre de 2030.

Javier May Rodríguez ha tenido una destacada carrera política. Antes de ser candidato a la gubernatura de Tabasco, rindió protesta en 2020 como secretario del Bienestar, tras la salida de María Luisa Albores, quien actualmente es titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Hasta el 1 de septiembre de 2020, May fue subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional en la Secretaría del Bienestar. Su experiencia incluye haber sido presidente municipal de Comalcalco, Tabasco, en dos ocasiones, dirigente del comité ejecutivo del PRD y diputado local por Tabasco de 2001 a 2003.

Desde el 29 de noviembre de 2018, Javier May se integró al gobierno de Andrés Manuel López Obrador tras solicitar licencia en el Senado. Durante su gestión en la Secretaría del Bienestar, se enfocó en coordinar acciones para mejorar el bienestar de la población, combatir la pobreza y fomentar el desarrollo humano.

Esta elección es parte de la jornada electoral más grande de la historia de México, en la que más de 98 millones de personas fueron llamadas a renovar más de 20 mil cargos, incluyendo la presidencia, los 500 diputados, los 128 senadores y nueve gobiernos estatales. A pesar de ser una de las campañas electorales más violentas, con al menos 30 aspirantes asesinados, la participación ciudadana fue significativa.