Por primera vez en la historia, la ceremonia oficial conmemorativa se llevó a cabo sin la presencia de representantes del Poder Judicial, reflejando una tensa relación entre las instituciones del país.

Este hecho, inédito en la tradición conmemorativa, reaviva el debate sobre la división de poderes y el respeto a los principios constitucionales.

En un contexto de polarización, la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, no fue invitada al evento, mientras que tres ministras afines a la 4T —Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz— ocuparon la primera fila. Este escenario evidencia la compleja dinámica política y las tensiones que atraviesa el sistema institucional en la actualidad.