En un escenario internacional marcado por el reordenamiento de las cadenas de suministro, México se perfila como un actor central en la estrategia comercial de Estados Unidos, según destacó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, durante su intervención en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales 2025 de BBVA México, celebrada en la capital del país.

Ebrard subrayó que la región de Norteamérica atraviesa una fase de reconfiguración acelerada, impulsada por la necesidad estratégica de EE.UU. de disminuir su dependencia de Asia, particularmente de China, en sectores considerados sensibles, como farmacéutica, semiconductores, tecnología médica y electromovilidad. En ese marco, México emerge como el socio mejor posicionado, tanto por su cercanía geográfica como por su estructura industrial y la profundidad de los acuerdos bilaterales.

“La relocalización industrial no es una hipótesis, es una realidad en curso. Estamos ante una ventana histórica que, si se aprovecha con visión y rapidez, puede duplicar la inversión extranjera directa en México”, afirmó el funcionario, al destacar que actualmente Estados Unidos importa cerca de 300 mil millones de dólares en productos farmacéuticos, mientras que México apenas exporta mil millones en ese rubro.

En su análisis, Ebrard apuntó que el 90% del comercio bilateral entre México y Estados Unidos se realiza sin aranceles, una condición privilegiada que ningún otro socio comercial de Washington comparte en igual medida. Además, subrayó que México es el único país con el que EE.UU. mantiene superávit comercial en el sector del acero, lo que representa una muestra del potencial industrial mexicano.

El secretario reconoció que, para el gobierno federal, ha sido clave evitar cualquier confrontación innecesaria con Washington, privilegiando el diálogo firme y estratégico. “La integración es tan profunda que los beneficios para ambos países son estructurales. México y Estados Unidos comparten una lógica económica que favorece una relación de largo plazo basada en la complementariedad”, puntualizó.

En este contexto, Ebrard confirmó que el gobierno ha reforzado los controles a las importaciones procedentes de Asia, especialmente de China y Vietnam, para evitar prácticas comerciales irregulares que vulneren las reglas del T-MEC. Informó que se han intensificado inspecciones, aplicado sanciones, cancelado registros y congelado cuentas a empresas que buscan aprovechar indebidamente el mercado mexicano como trampolín hacia EE.UU. “No se trata de una ofensiva contra China o Vietnam, sino de proteger la credibilidad de México en sus compromisos internacionales”, enfatizó.

Al ser consultado sobre el proceso de elecciones judiciales promovido por el gobierno federal, Ebrard descartó que este tema esté generando fricciones en las conversaciones sobre el T-MEC o sobre certidumbre para las inversiones. Afirmó que sus interlocutores estadounidenses han mostrado una postura de espera: “Nos han dicho que lo evaluarán por sus méritos. No quieren influir en el proceso, sólo conocer su desenlace para emitir una posición”.

El mensaje del secretario de Economía resalta el momento crítico que vive México: un entorno geopolítico cambiante, una oportunidad única de atraer inversión estratégica y una responsabilidad institucional de asegurar condiciones de confianza, transparencia y competitividad. La pregunta, subrayó Ebrard, ya no es si México jugará un papel clave, sino qué tan preparado está para asumirlo.