La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este lunes la firma de tres decretos clave resultado de los recientes acuerdos con el magisterio nacional, los cuales introducen mejoras sustanciales en materia salarial, condiciones de movilidad y edad de retiro para docentes de educación básica. Los decretos serán firmados al término de su conferencia matutina, como parte de una estrategia para consolidar un nuevo pacto social con las y los maestros del país.

Uno de los puntos centrales es el incremento salarial que será efectivo a partir del 1 de julio, aunque con retroactividad al 1 de enero. El aumento total alcanzará un 9.1 por ciento, incluyendo salario base y prestaciones, una medida que, según Sheinbaum, busca dignificar la labor docente y poner fin a una histórica deuda con el sector educativo.

En el mismo paquete de medidas se contempla una transformación en las reglas para la movilidad entre centros escolares, mientras se trabaja en la reforma de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (Usicamm). El objetivo es flexibilizar los traslados de plaza, eliminando trabas burocráticas que han limitado la autonomía profesional del magisterio.

El tercer decreto establece un cambio en el esquema de retiro. A partir de 2028, se congelará la edad de jubilación y comenzará una reducción progresiva en los años de servicio requeridos. Los nuevos criterios permitirán a los maestros hombres jubilarse con 30 años de servicio y a las maestras con 28, sin condicionamientos de edad, lo que representa un giro significativo en la política laboral del Estado hacia el sector educativo.

Estos cambios surgen luego de semanas de diálogo entre el Ejecutivo federal y las principales organizaciones magisteriales, en un contexto en el que Sheinbaum ha prometido colocar la educación como eje estructural de su gobierno. La implementación de estas medidas marca el inicio de una nueva relación institucional con los docentes, bajo el principio de revaloración y reconocimiento de su función social.

Lejos de constituir una respuesta aislada, los decretos forman parte de una estrategia más amplia para reconstruir la confianza entre el Estado y el magisterio, y envían una señal clara sobre las prioridades de la nueva administración en el inicio de su mandato.