El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó este lunes que la base aérea de Al Udeid, ubicada en Catar y considerada la mayor instalación militar estadounidense en Oriente Medio, fue alcanzada por misiles iraníes como represalia al bombardeo ejecutado por Washington el fin de semana contra infraestructuras nucleares clave en Irán. Hasta el momento, no se reportan bajas entre las fuerzas estadounidenses, gracias a una evacuación previa de los más de 10,000 soldados acantonados en el sitio.

“Puedo confirmar que la base Al Udeid fue atacada hoy con misiles balísticos de corto y medio alcance procedentes de Irán. No hay informes de bajas estadounidenses”, señaló un alto funcionario del Pentágono. Agregó que las autoridades militares continúan evaluando la situación y mantendrán el monitoreo permanente ante posibles nuevos episodios.

El ataque fue reivindicado por la Guardia Revolucionaria de Irán, que también confirmó haber lanzado proyectiles contra instalaciones militares estadounidenses en Irak. Según reportes de medios internacionales, entre ellos Fox News, el ataque en Catar incluyó al menos seis proyectiles, una combinación de misiles balísticos de medio alcance (MRBM) y misiles de crucero de corto alcance.

La base Al Udeid, ubicada a las afueras de Doha, se ha convertido en un punto estratégico para la proyección militar de Estados Unidos en la región. La ofensiva iraní representa un salto cualitativo en la confrontación: un ataque directo y firmado a una infraestructura militar de alto valor operativo, que evidencia un cambio en las reglas del juego.

La televisión estatal iraní confirmó que los misiles fueron parte de la primera fase de la respuesta a la operación “Midnight Hammer”, el ataque de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Isfahán, Natanz y Fordó. El Parlamento iraní, en paralelo, ha solicitado el cierre del estrecho de Ormuz, una decisión que en caso de concretarse cortaría el paso a una tercera parte del comercio mundial de crudo y escalaría de forma crítica el conflicto.

Mientras tanto, las autoridades estadounidenses en Catar emitieron una alerta a sus ciudadanos, recomendando resguardarse hasta nuevo aviso. En Irak, donde Estados Unidos mantiene presencia en bases como Erbil y Al Asad, se han activado protocolos de máxima alerta ante la posibilidad de nuevos ataques.

La ofensiva iraní, aunque no ha dejado víctimas, marca un punto de inflexión. El equilibrio disuasivo entre ambas potencias comienza a desdibujarse, y la región entra en una fase de alta inestabilidad, donde las represalias ya no son retóricas ni simbólicas, sino operaciones militares de precisión que comprometen directamente infraestructuras y personal estratégico.