En un nuevo giro diplomático, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló este martes que sostuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en la que el líder del Kremlin se ofreció a colaborar con Washington en su confrontación con Irán. La respuesta de Trump, sin embargo, apuntó en otra dirección: “Le dije: ‘No necesito ayuda con Irán, necesito ayuda contigo’”.

El intercambio, dado a conocer por el propio mandatario estadounidense a bordo del Air Force One en su trayecto hacia La Haya, marca un momento peculiar en la gestión de la crisis entre Irán e Israel, donde Rusia ha mantenido una postura ambigua, jugando un papel de contrapeso regional sin alinearse del todo ni con Teherán ni con Tel Aviv.

La conversación entre ambos líderes ocurre en un momento de tensión global, tras los ataques cruzados entre Irán, Israel y Estados Unidos, y en vísperas de la cumbre de la OTAN, donde Trump buscará reforzar su posición como arquitecto de la reciente tregua declarada entre Irán e Israel. Aunque esa tregua ha sido vulnerada en múltiples frentes, Washington mantiene su narrativa de “victoria diplomática”.

El comentario de Trump también refleja una posible reorientación estratégica, al implicar que su administración considera más urgente resolver sus diferencias con Moscú que con Teherán, al menos en términos de interlocución directa. No se ofrecieron detalles sobre si habrá una reunión bilateral entre Trump y Putin en el marco de la cumbre atlántica.

El gesto del presidente ruso, en cualquier caso, sugiere que Moscú desea mantenerse activo en el tablero de la crisis regional, ya sea como mediador o como actor disuasorio. En ese contexto, la respuesta de Trump —mitad irónica, mitad pragmática— podría estar delineando los contornos de una nueva fase de las relaciones entre ambas potencias en el contexto de Medio Oriente.