En un giro abrupto de su política comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes la ruptura inmediata de las negociaciones con Canadá, luego de que Ottawa confirmara la implementación de un impuesto digital dirigido a las grandes empresas tecnológicas, muchas de ellas estadounidenses.

“Canadá, un país con el que es muy difícil COMERCIAR, acaba de anunciar que gravará los servicios digitales a nuestras empresas tecnológicas”, señaló Trump a través de su red social Truth Social. El mandatario calificó esta medida como “un ataque directo y flagrante” contra Estados Unidos, acusando al país vecino de replicar la política fiscal de la Unión Europea.

Trump advirtió que, en represalia, en los próximos siete días anunciará los aranceles que Canadá deberá pagar para mantener relaciones comerciales con EE.UU., al tiempo que dio por finalizadas “TODAS” las conversaciones pactadas dentro del marco de los llamados “aranceles recíprocos”, cuyo plazo original concluía el 9 de julio.

La decisión del presidente estadounidense ocurre tras la ratificación, por parte del ministro de Finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, de que el impuesto digital entrará en vigor este 30 de junio. El gravamen, de 3 %, se aplicará retroactivamente desde 2022 a los ingresos por servicios digitales superiores a los 20 millones de dólares obtenidos de usuarios canadienses.

Este nuevo punto de fricción comercial se produce en paralelo al anuncio del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien afirmó que Estados Unidos logró un acuerdo con el G7 para eximir a sus multinacionales del impuesto mínimo global del 15 % previsto en el marco del Acuerdo Fiscal Global de la OCDE.

La ruptura del diálogo comercial con Canadá no solo interrumpe uno de los procesos más avanzados en la agenda arancelaria de Trump, sino que también añade tensión a la relación bilateral a pocos días de que expiren varios plazos clave para renegociaciones fiscales y de comercio exterior.