La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, emitió una crítica mesurada pero firme hacia el coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, luego de que el legislador fuera captado durante unas vacaciones en Madrid, en pleno receso legislativo y tras ausentarse del Consejo Nacional del partido celebrado el pasado domingo.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum subrayó que, si bien cada persona tiene derecho a descansar y vacacionar libremente, quienes forman parte del movimiento de la Cuarta Transformación deben actuar con sobriedad, recordando que su papel público está permanentemente bajo el escrutinio de la ciudadanía. “El poder se ejerce con humildad, primero, siempre, para todos los que son parte de la Cuarta Transformación y los que no”, advirtió.
La mandataria puntualizó que su observación no implica una condena, sino un llamado a la conciencia política. “Yo respeto mucho a Ricardo y a todos, y además ha tenido un papel muy importante al frente de la Coordinación en la Cámara de Diputados, pero quien nos evalúa es el pueblo, siempre, y eso hay que tenerlo en mente”, expresó.
El comentario de Sheinbaum surge después de que se viralizara una fotografía de Monreal en un restaurante madrileño, lo que generó cuestionamientos sobre el uso de recursos y el simbolismo de su ausencia en una reunión clave del partido. En respuesta, el propio Monreal publicó un video en redes sociales para explicar que el viaje fue con motivo de su 40 aniversario de bodas, financiado con recursos personales, y realizado durante el receso legislativo.
“No hay ni un centavo de recursos públicos”, aseguró el legislador, desmintiendo además que se hospedara en un hotel de lujo como lo sugería un medio nacional. “Tenemos el derecho a pasear y así lo estamos haciendo”, agregó.
Sin embargo, su decisión de no asistir al Consejo Nacional de Morena —donde se definieron lineamientos clave para el futuro del partido— ha sido interpretada por algunos sectores como un distanciamiento político y por otros como una falta de sensibilidad frente al contexto actual de redefinición interna.
El episodio reaviva una tensión persistente entre la exigencia de congruencia ética que promueve la 4T y los gestos personales de sus figuras públicas, en un entorno donde la austeridad no sólo es un principio administrativo, sino también una señal de identidad política. Para Sheinbaum, el mensaje es claro: la representación del movimiento implica responsabilidad constante, incluso fuera del horario legislativo.
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