Durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la senadora Andrea Chávez lanzó una dura crítica contra el Partido Acción Nacional (PAN) por lo que calificó como un “comportamiento lamentable e infantil” en el marco de la designación de embajadores. El episodio, que quedó registrado en video y fue ampliamente difundido en redes sociales, exhibe a legisladores panistas irrumpiendo en el pleno con sirenas y megáfonos encendidos.
En medio del estruendo, la legisladora morenista dirigió un mensaje directo a la ciudadanía desde el pleno: “Disculpen ustedes el ruido […] es que los representantes de Acción Nacional vuelven a convertir esta soberanía en un verdadero circo”. Su intervención no sólo fue una reacción al espectáculo de la oposición, sino también una defensa del decoro institucional y del propósito deliberativo del Poder Legislativo.
Chávez contrastó la actitud de sus colegas panistas con la seriedad que, según afirmó, demandan los temas nacionales. “Para ellos la lucha social es traer un aparatito al que le prenden una sirena y hacer ruido”, dijo, señalando que la oposición parece preferir el escándalo antes que el debate informado sobre los problemas estructurales del país, como la seguridad pública, la cobertura educativa o el sistema nacional de salud.
En su pronunciamiento, la senadora ofreció disculpas “a nombre de la mayoría en el Senado” por lo que consideró un deterioro del debate parlamentario: “Lo que hemos visto hoy es una muestra clara del vacío de propuestas de quienes, por la vía plurinominal, han llegado aquí sin representar a nadie y sin más agenda que el ruido”.
La escena pone en evidencia la tensión política que persiste en el Congreso de cara a los nombramientos diplomáticos propuestos por el Ejecutivo. El uso de recursos estridentes por parte de la oposición ha sido interpretado, por algunos sectores del oficialismo, como un intento por deslegitimar procesos institucionales y frenar la agenda legislativa de la nueva administración.
Este episodio no es aislado. Refleja el tono que ha adquirido la relación entre las bancadas en un contexto de reformas estructurales, reconfiguración del equilibrio de fuerzas y mayor polarización discursiva en el Congreso. Para figuras como Andrea Chávez, lo sucedido es más que una anécdota: es una señal preocupante de desgaste institucional.
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