Desde un Zócalo capitalino repleto, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó con contundencia que, pese a las campañas sucias, alianzas conservadoras y ataques mediáticos, “no vencerán al pueblo de México ni a su Presidenta”. Rodeada de su gabinete, gobernadores y simpatizantes, la mandataria aseguró que el país vive una nueva etapa en la que el gobierno “ya no es instrumento de unos cuantos, sino del pueblo”.
Durante su discurso por el séptimo aniversario de la Cuarta Transformación, Sheinbaum reivindicó el carácter humanista del proyecto. “No creemos en el poder del dinero ni nos arrodillamos frente a los poderosos. Creemos en un México de libertades, soberano, de justicia verdadera, donde el que manda es el pueblo”, subrayó ante miles de asistentes que coreaban “¡Presidenta, Presidenta!” y “¡no estás sola!”.
En su intervención, Sheinbaum se refirió al legado de Andrés Manuel López Obrador, al destacar que con su llegada al poder “pasamos de un país gobernado por una oligarquía a una verdadera democracia”. Aseguró que la transformación ha generado resistencias entre quienes se beneficiaban del antiguo régimen, pero advirtió que “cuando las causas son justas y los valores firmes, cuando hay un pueblo consciente, la razón y la justicia siempre prevalecen”.
Criticó también lo que calificó como “realidades virtuales” construidas por sus adversarios políticos en redes sociales y medios de comunicación. Desmintió acusaciones de autoritarismo, represión o vínculos con el crimen organizado y recordó que fue en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto cuando se dispararon los homicidios dolosos y se fortalecieron redes de corrupción ligadas a figuras como Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos.
“Ellos hablan de democracia, pero se olvidan del fraude de 1988, del desafuero de López Obrador en 2005, del fraude del 2006 y la compra masiva de votos en 2012”, remarcó.
Sheinbaum defendió que su administración ha reducido los homicidios dolosos en 34 por ciento desde 2018 y destacó la participación de los jóvenes en el movimiento, en contraste con la narrativa opositora.
Finalmente, evocó el legado histórico de figuras como Hidalgo, Morelos, Zapata, Villa y Leona Vicario, para reiterar que el compromiso de su gobierno es con la justicia social. “Nos guía la máxima obradorista: ¡Por el bien de todos, primero los pobres!”, concluyó.
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