El secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, aclaró que la explosión de un vehículo ocurrida el pasado sábado en Coahuayana, Michoacán, y que dejó un saldo de cinco personas fallecidas, no se considera un acto terrorista, sino un hecho criminal vinculado a actividades ilícitas de grupos delincuenciales.
Durante la conferencia matutina de este lunes, Harfuch explicó que, conforme a la ley mexicana e internacional, el terrorismo requiere fines políticos, religiosos o sociales, y en este caso específico, los responsables actuaron con el objetivo de ampliar sus actividades delictivas en la región.
“La carpeta de investigación se inició en FEMDO, por tráfico de armas y acopio de armas, no es por terrorismo. Como sabemos, en la ley tanto mexicana como internacional, el terrorismo es para imponer objetivos políticos, ideológicos, religiosos o sociales. En este caso, son actos criminales para ampliar sus actividades en territorio, trasiego de drogas, narcomenudeo, extorsión, minería ilegal, etcétera”, explicó.
El funcionario subrayó que los grupos delincuenciales utilizan este tipo de violencia extrema para controlar rutas de trasiego de droga y expandir su presencia en regiones clave del país, pero sin que ello implique una motivación ideológica o política.
El Gobierno Federal continúa con las investigaciones y mantiene el despliegue de operativos en Michoacán para contener la violencia e inhibir la presencia de estos grupos delictivos.
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