Ana Corina Sosa, hija de la líder opositora venezolana María Corina Machado, recibió este miércoles el Premio Nobel de la Paz en nombre de su madre durante una emotiva ceremonia celebrada en el Ayuntamiento de Oslo, Noruega. Machado no logró llegar a tiempo para recoger personalmente el galardón, aunque, según confirmó el Instituto Nobel, ya se encuentra en camino a la capital noruega, donde será recibida tras 16 meses sin contacto físico con su hija.
El momento de la entrega estuvo marcado por la emoción cuando Sosa, visiblemente conmovida, se levantó para recibir el diploma y la medalla de manos del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes. El público presente se puso en pie para ovacionarla, mientras una gran fotografía de su madre enmarcaba la escena. Entre los asistentes se encontraban los reyes Harald V y Sonia de Noruega, además de líderes internacionales como el presidente argentino Javier Milei, el panameño José Raúl Mulino, el paraguayo Santiago Peña y el líder opositor venezolano Edmundo González.
Durante su intervención, Sosa destacó el compromiso inquebrantable de su madre con la libertad de Venezuela: “Debo decir que mi madre nunca rompe una promesa. Y por eso, con toda la alegría de mi corazón, puedo decirles que en solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”, dijo, conmoviendo a los presentes. Al mismo tiempo, expresó su solidaridad con las hijas e hijos de otros presos políticos que no podrán ver a sus madres.
En un discurso contundente previo a la entrega del galardón, el presidente del Comité Nobel instó directamente al presidente venezolano Nicolás Maduro a renunciar a su cargo y a aceptar los resultados electorales como paso esencial hacia una transición pacífica a la democracia. “Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia, porque esa es la voluntad del pueblo venezolano”, declaró Frydnes, lo que generó una larga ovación entre los asistentes.
Frydnes no dudó en denunciar la profunda crisis humanitaria y política que vive Venezuela, calificando la emigración masiva de más de 8 millones de venezolanos como “una de las mayores crisis de refugiados del mundo”. Señaló que el país sufre un régimen que “silencia, acosa y ataca sistemáticamente a la oposición”, recordando que mientras se celebraba la ceremonia, “hay personas inocentes encerradas en celdas oscuras en Venezuela” sin poder escuchar los discursos del evento, pero sí “los gritos de los presos que están siendo torturados”.
La entrega del Nobel a María Corina Machado representa un nuevo capítulo en la visibilización internacional de la lucha por la democracia en Venezuela. A través de la presencia de su hija, el acto en Oslo no sólo reconoció la trayectoria política de la opositora, sino que también envió un mensaje contundente de apoyo a todos los que resisten en el país sudamericano.
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