La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó este miércoles la postura de su gobierno frente a la migración, al rechazar de manera tajante cualquier intento de criminalizar a las personas migrantes. Durante su conferencia matutina, la mandataria subrayó que esta práctica, además de ser “un acto de poca humanidad”, contribuye a generar más problemas que soluciones en la región.
“Nunca vamos a estar de acuerdo con las acciones que criminalicen a las y los migrantes”, expresó Sheinbaum, al recordar que el fenómeno migratorio debe entenderse desde una perspectiva integral de justicia social y no desde la lógica de la persecución. Reiteró que su administración mantiene como eje central el enfoque de derechos humanos y cooperación para el desarrollo, y no el endurecimiento de políticas fronterizas.
“Habrá un porcentaje que migra por gusto, pero la mayoría lo hace por necesidad”, dijo, al destacar que detrás de cada persona en tránsito hay historias de desigualdad, violencia o carencias económicas que obligan a buscar mejores condiciones de vida fuera de su país de origen. En ese sentido, apuntó que cualquier solución real debe atender las causas estructurales de la migración, no simplemente sus consecuencias visibles.
Sheinbaum también hizo un llamado a la comunidad internacional a asumir su responsabilidad colectiva en este desafío, promoviendo iniciativas de desarrollo regional que generen oportunidades y reduzcan los flujos migratorios forzados. En su visión, la migración no puede seguir tratándose como un problema de seguridad, sino como una cuestión humanitaria y económica que exige respuestas coordinadas y sostenidas.
La mandataria enfatizó que México continuará fortaleciendo los programas de apoyo a migrantes y mantendrá una política exterior basada en el respeto a los derechos humanos, sin tolerar discursos o medidas que alimenten la xenofobia o la discriminación. “La migración no se detiene con muros ni con redadas; se atiende con justicia, cooperación y desarrollo”, concluyó.
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