El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dejó en claro que su Gobierno está comprometido con la reconstrucción de Acapulco, Guerrero, después de la devastación causada por el ciclón Otis. En una conferencia de prensa en Palacio Nacional, el presidente López Obrador, visiblemente molesto por las preguntas de los medios de comunicación, defendió la capacidad de su Gobierno para realizar obras de gran envergadura en un corto período de tiempo.

El presidente destacó que su administración ha logrado construir el Aeropuerto Felipe Ángeles en dos años y está llevando a cabo el proyecto del Tren Maya en cinco años, y afirmó que, de manera similar, podrán levantar Acapulco en un tiempo relativamente corto. "¿Qué no hicimos el Aeropuerto Felipe Ángeles en dos años? ¿Qué no vamos a hacer el Tren Maya en cinco años? ¿Qué no vamos a poder levantar Acapulco en muy poco tiempo? ¡Claro!", declaró el presidente.

López Obrador señaló que su Gobierno está enfocado en llevar a cabo la reconstrucción de Acapulco de manera eficiente y rápida. Un equipo de 1,500 servidores de la nación, personas con un fuerte compromiso para ayudar al pueblo, está trabajando en la evaluación de los daños en Guerrero. El presidente expresó su confianza en la capacidad de su equipo y en el apoyo de las Fuerzas Armadas y funcionarios públicos civiles responsables para llevar a cabo la tarea.

El mandatario mexicano destacó que ha supervisado personalmente los avances en la ayuda a la población y que su Gobierno está trabajando en estrecha colaboración con el sector privado, incluyendo a hoteleros y restauranteros, para restablecer la actividad económica en Acapulco lo más rápido posible.

Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero, ajustó la cifra de muertos por el ciclón Otis a 45, a pesar de que un día antes se habían reportado 48 víctimas fatales. Las autoridades han tenido dificultades para acceder a todas las áreas afectadas debido a la interrupción de las comunicaciones tras el paso del ciclón.

El ciclón Otis se intensificó rápidamente, pasando de tormenta tropical a huracán categoría 5 en menos de 12 horas, convirtiéndose en uno de los ciclones más potentes registrados en el océano Pacífico. La devastación que causó ha llevado al Gobierno a enfocarse en la reconstrucción y recuperación de las áreas afectadas.