En una rueda de prensa en Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, volvió a criticar el informe anual sobre derechos humanos de México emitido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Por tercer día consecutivo, López Obrador desestimó el informe, acusando al Departamento de Estado de mentir y utilizar información basura proporcionada por los adversarios del Gobierno mexicano. Enfatizó que el documento carece de pruebas sólidas para respaldar sus afirmaciones, particularmente en relación con la supuesta campaña contra la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El mandatario mexicano también cuestionó las recomendaciones del Departamento de Estado, calificándolas de violatorias de la soberanía de México y de otros países. Argumentó que la práctica de emitir cartas de buena conducta es obsoleta y representa una política exterior caduca y anacrónica.

López Obrador expresó su deseo de que el Departamento de Estado revise su política exterior y abandone prácticas que considera desactualizadas y perjudiciales tanto para los pueblos como para la propia institución. Concluyó que no vale la pena seguir polemizando sobre este asunto, pero reiteró su llamado a revisar y actualizar las recomendaciones emitidas por esta institución.