En su conferencia matutina del lunes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que su gobierno no recurrirá a estados de excepción para enfrentar la violencia, rechazando estrategias similares a las implementadas en la llamada "guerra contra el narcotráfico" de 2006.

“No creemos en los estados de excepción, eso fue lo que ocurrió en la guerra contra el narco, que todo fue un estado de excepción y el permiso para matar. Guerra quiere decir eso: permiso para matar, en un estado de excepción donde no haya juicios”, declaró la mandataria desde el Palacio Nacional.

Sheinbaum sostuvo que las fuerzas de seguridad deben ser formadas y equipadas profesionalmente, pero subrayó que el aumento de armamento no resolverá la violencia. “Las policías tienen que estar formadas, tienen que ser profesionales, sí tienen que tener los equipos necesarios, pero no por tener calibres mayores se va a resolver el problema de la violencia”, aseguró.

La presidenta destacó que en sus primeros 100 días de gobierno, los homicidios dolosos en el país disminuyeron un 16.3 %, con un promedio diario de 72.8 víctimas en diciembre, frente a las 87 registradas en septiembre, el último mes de la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Este descenso es parte de su estrategia de seguridad basada en cuatro pilares: atención a las causas de la violencia, consolidación de la Guardia Nacional, uso de inteligencia para combatir el crimen y coordinación entre autoridades federales y estatales.

“Nosotros creemos que hay que fortalecer la justicia en el país. La paz es fruto de la justicia, en todo el ámbito: justicia social y un sistema de justicia que cumpla con su función y erradique la corrupción”, afirmó.

Sheinbaum defendió la ampliación de facultades de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), de carácter civil, y su compromiso de fortalecer a la Guardia Nacional, creada durante el mandato de López Obrador.

La mandataria también hizo énfasis en la importancia de atender las causas sociales de la violencia, como la desigualdad y la falta de oportunidades, para construir una paz duradera.

Con estas declaraciones, Sheinbaum reafirma su visión de una estrategia de seguridad que prioriza la justicia, la profesionalización de las fuerzas de seguridad y la erradicación de la corrupción, alejándose de tácticas militarizadas del pasado.