La exministra de Finanzas y exviceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, confirmó su intención de liderar el Partido Liberal y convertirse en la próxima primera ministra del país. La noticia fue anunciada a través de sus redes sociales, donde declaró: “Me presento al cargo para luchar por Canadá”.

Freeland hará oficial su candidatura este domingo, en un evento público donde detallará sus propuestas y visión para el futuro del país.

El jueves, Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, también anunció su postulación, consolidándose junto a Freeland como los principales contendientes para suceder a Justin Trudeau al frente del Partido Liberal y del Gobierno.

Trudeau, quien ha liderado Canadá desde octubre de 2015, anunció su dimisión el pasado 16 de diciembre, citando que dejará el cargo una vez que el partido elija a su nuevo líder. Este proceso culminará el 9 de marzo, justo antes de la reanudación de las sesiones parlamentarias el 24 del mismo mes.

La renuncia de Freeland como viceprimera ministra y ministra de Finanzas en diciembre de 2024 marcó un punto crítico en el Gobierno de Trudeau. En su salida, criticó las políticas económicas del primer ministro, lo que profundizó la presión sobre su liderazgo.

Trudeau enfrenta una fuerte caída en las encuestas, impulsada por el aumento del costo de vida, la falta de viviendas asequibles y problemas en los servicios sociales básicos. Estas dificultades han llevado al electorado a inclinarse hacia el opositor Partido Conservador, que se perfila como favorito en caso de elecciones anticipadas.

Con la oposición controlando la mayoría en la Cámara Baja, ya se anunció una moción de censura para el reinicio de las sesiones parlamentarias. De aprobarse, esta acción forzaría unas elecciones anticipadas, aumentando la presión sobre el Partido Liberal y su eventual nuevo líder.

Freeland y Carney enfrentan el reto de revitalizar el apoyo al partido y proponer soluciones concretas para los problemas que preocupan a los canadienses, en un escenario político que se anticipa altamente competitivo.