La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que su gobierno mantiene una comunicación constante y directa con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pese a diferencias notables como la propuesta de intervención militar estadounidense en territorio mexicano para combatir a los cárteles del narcotráfico. La mandataria rechazó de forma explícita esa oferta, pero aseguró que el diálogo bilateral se mantiene en términos de respeto institucional.

Durante su habitual conferencia matutina, Sheinbaum fue cuestionada sobre las recientes declaraciones del presidente Trump, quien reveló haber ofrecido al gobierno mexicano el envío de tropas para enfrentar al crimen organizado. La presidenta reconoció dicha propuesta, aunque puntualizó que fue declinada de inmediato por el Ejecutivo federal. “A veces no estamos de acuerdo, pero se dicen las cosas por teléfono y ha habido respeto”, sostuvo.

En lo que va del segundo mandato de Trump, ambos líderes han sostenido más de cinco conversaciones telefónicas, según precisó la presidenta. El tono de sus declaraciones buscó minimizar la tensión generada por las afirmaciones del mandatario estadounidense, subrayando en cambio la voluntad de ambos gobiernos de mantener canales diplomáticos abiertos. “No quisiera que la comunicación entre el presidente Trump y su servidora, entre Estados Unidos y México, fuera a través de los medios”, afirmó.

Este episodio se inscribe en un contexto regional de creciente presión política desde Washington para endurecer las estrategias bilaterales contra el narcotráfico, mientras la Casa Blanca insiste en vincular directamente los flujos de violencia con el tráfico de fentanilo hacia su territorio. Desde Palacio Nacional, en cambio, el discurso oficial ha reiterado la necesidad de preservar la soberanía nacional y apostar por mecanismos de cooperación técnica sin presencia militar extranjera.

El actual estado de la relación México-Estados Unidos revela un equilibrio precario: por un lado, una interlocución intensa y estratégica; por otro, divergencias ideológicas marcadas respecto al enfoque de seguridad. Sheinbaum ha optado por una postura de firmeza institucional y apertura al diálogo, consciente de que, más allá de los roces, el vínculo bilateral es crucial para la estabilidad económica, migratoria y comercial de la región.