

La presidenta Claudia Sheinbaum hizo un llamado este miércoles a mantener la serenidad institucional y evitar la politización del reciente desencuentro entre el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch. El diferendo surgió tras la incautación en territorio mexicano de una avioneta con droga cuyo origen fue inicialmente atribuido a El Salvador, hecho que generó una reacción enérgica del mandatario centroamericano.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum restó dramatismo al incidente y subrayó que el asunto ya fue debidamente aclarado entre ambas naciones. “No hay que hacer un tema político, no vamos a polemizar, nunca hubo mala fe”, afirmó, al tiempo que aseguró que las relaciones diplomáticas entre México y El Salvador se mantienen sin alteración.
El episodio se desencadenó cuando autoridades mexicanas informaron sobre la detención de una aeronave involucrada en actividades ilícitas, señalando inicialmente que provenía de El Salvador. Bukele respondió solicitando una rectificación pública, señalando que su país no había autorizado ningún vuelo de ese tipo y que era necesario esclarecer los datos con precisión.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad confirmaron que, tras revisar los registros de vuelo y los informes de radar, se corrigió la información inicial: si bien la aeronave pudo haber hecho escala o pasado por espacio aéreo salvadoreño, no se trataba de una operación originada formalmente en dicho país. La aclaración fue comunicada por los canales diplomáticos correspondientes.
El llamado de la presidenta a evitar la polémica apunta a preservar una agenda de cooperación regional en temas delicados como seguridad, migración y combate al narcotráfico. México ha buscado mantener un tono mesurado en su política exterior, especialmente frente a mandatarios con posturas marcadamente personalistas, como es el caso de Bukele.
En un contexto donde los flujos ilícitos de armas, drogas y personas requieren respuestas técnicas coordinadas más que confrontaciones públicas, la instrucción de Sheinbaum refuerza una línea de contención diplomática: despolitizar el error, restablecer los hechos y mantener el enfoque operativo.
El incidente, aunque breve, subraya la necesidad de rigor comunicacional en temas sensibles y la importancia de preservar canales institucionales sólidos para la cooperación en seguridad regional.