

La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el nuevo acuerdo bilateral de seguridad entre México y Estados Unidos ya está listo y en su etapa final de redacción, subrayando que este documento sienta las bases de una colaboración sólida sin subordinación, sustentada en el respeto a la soberanía nacional y a la territorialidad.
Durante su conferencia matutina del lunes, Sheinbaum Pardo explicó que el documento aún no ha sido firmado debido a los ajustes formales que requiere su validación entre ambas partes, pero dejó claro que el contenido ya ha sido acordado. “El texto está listo. Faltan detalles sobre cuándo y cómo se va a firmar, pero ya se establecieron los principios rectores”, aseguró la mandataria.
El acuerdo, que será dado a conocer públicamente para garantizar total transparencia, se fundamenta en cuatro ejes: respeto a la soberanía, respeto a la territorialidad, confianza mutua y cooperación bilateral. Según Sheinbaum, estos principios permiten consolidar una nueva etapa en la relación en materia de seguridad, alejada de modelos unilaterales del pasado.
“Este no es un acuerdo de imposición ni de subordinación. Es un documento de entendimiento, con visión compartida, pero sin renunciar a nuestra autonomía. Así lo establece con claridad el texto”, enfatizó.
La presidenta desestimó versiones periodísticas, como la publicada por el Wall Street Journal, que anticipaban detalles no confirmados sobre la negociación. “No sé de dónde sacan sus fuentes, pero no están bien informadas. El acuerdo está basado en principios que hemos defendido desde el primer día”, recalcó.
Si bien aún no se ha definido la fecha exacta de la firma, se prevé que ocurra en las próximas semanas, en un acto que refleje el interés mutuo de ambas naciones por mantener una colaboración estratégica en temas como migración, combate al crimen organizado, tráfico de armas y cooperación en inteligencia, sin vulnerar el principio de no intervención.
Sheinbaum subrayó que esta nueva visión de cooperación responde a las condiciones actuales del país y al mandato de construir una política exterior digna, donde la coordinación binacional no implique concesiones que atenten contra la autonomía de las instituciones mexicanas.