

En respuesta a las recientes declaraciones de autoridades estadounidenses sobre la persecución judicial contra Ismael “El Mayo” Zambada, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó este lunes que México mantiene una colaboración activa y constante con el gobierno de Estados Unidos en materia de seguridad. Durante su conferencia matutina, la mandataria subrayó que dicha cooperación es parte de una estrategia bilateral consolidada para combatir a los grupos delictivos transnacionales.
“Ayer la propia fiscal de Estados Unidos dijo claramente que hay colaboración con el gobierno de México en la reducción de los delitos”, puntualizó Sheinbaum, al referirse a las declaraciones emitidas por el Departamento de Justicia estadounidense en torno al caso del líder del Cártel de Sinaloa. La presidenta reafirmó que su administración está comprometida con enfrentar frontalmente a la delincuencia organizada, respetando la soberanía nacional pero también con una visión compartida en el ámbito internacional.
Aunque evitó entrar en detalles sobre operativos o procesos judiciales en curso, la alusión directa al caso de “El Mayo” Zambada refuerza la narrativa de continuidad en las relaciones diplomáticas y de seguridad entre ambos países, incluso bajo nuevos liderazgos. La cooperación, explicó Sheinbaum, abarca múltiples frentes: desde el intercambio de inteligencia hasta acciones coordinadas en temas de tráfico de armas, drogas y lavado de dinero.
El señalamiento también busca proyectar una imagen de solidez institucional ante uno de los desafíos más complejos para el Estado mexicano: la permanencia y evolución de estructuras criminales con capacidad transnacional. La alusión a la fiscal estadounidense sugiere un respaldo mutuo y un entendimiento operativo, sin ceder autonomía en el manejo de asuntos internos.
En medio de un escenario donde la seguridad pública y la agenda binacional son observadas con creciente atención, el mensaje de Sheinbaum apunta a asegurar tanto a actores nacionales como internacionales que la colaboración se mantendrá firme, sin diluir la responsabilidad del Estado mexicano en el combate al crimen organizado. La continuidad, más que la ruptura, parece ser la estrategia central.