Café del Bienestar: una apuesta por mejorar la vida de productores y revalorizar el café nacional

Nacional03/09/2025BP StaffBP Staff
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En un esfuerzo por dignificar el trabajo de los pequeños cafeticultores y acercar al consumidor un producto de calidad con sentido social, el gobierno federal presentó oficialmente el Café del Bienestar, una iniciativa impulsada desde el programa Alimentación para el Bienestar y vinculada estrechamente con el proyecto Sembrando Vida. El anuncio fue encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum y la titular del programa, María Luisa Albores, quienes destacaron el impacto directo que tendrá esta propuesta en las comunidades productoras del sur del país.

El Café del Bienestar no es un producto más en los anaqueles: detrás de cada frasco se encuentra el trabajo de 6,646 pequeños productores de Oaxaca, Puebla, Veracruz y Guerrero, incluyendo a representantes de ocho pueblos originarios que, hasta ahora, se habían mantenido al margen de los circuitos de comercialización más rentables. Con esta iniciativa, el gobierno busca no solo reconocer su labor, sino garantizar condiciones más equitativas de venta y distribución.

El proyecto contempla un esquema de precios accesibles que oscila entre los 35 y los 110 pesos, lo cual, según Albores, ha sido posible gracias al respaldo logístico y organizativo de Sembrando Vida, programa que ha permitido integrar cadenas productivas desde el campo hasta el consumidor final. "Les quiero compartir un poco la numeraría de lo que está detrás de un frasco y una taza de café Bienestar", comentó la funcionaria, subrayando el carácter colectivo y ético del proyecto.

Más allá del impacto económico inmediato, el Café del Bienestar busca consolidar un modelo de comercio justo que promueva la autosuficiencia alimentaria, la soberanía productiva y la revalorización de saberes tradicionales. Al evitar intermediarios y canalizar el producto hacia canales de distribución directa, se espera mejorar significativamente los ingresos de las familias cafeticultoras y fomentar la permanencia en sus territorios.

En un país donde la brecha entre productores y consumidores ha sido históricamente marcada por la desigualdad, esta iniciativa representa una apuesta por reconectar ambos extremos con una lógica distinta: aquella que antepone la vida digna y el reconocimiento del trabajo rural por encima del beneficio comercial inmediato. Si el Café del Bienestar logra consolidarse en el mercado, podría marcar un antes y un después en las políticas públicas de fomento agrícola y economía social.

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