La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con contundencia a las críticas de sectores de la oposición que, antes de su encuentro con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, vaticinaron un supuesto fracaso diplomático. Lejos de confirmarse esos augurios, el funcionario estadounidense reconoció públicamente los avances de México en materia de seguridad y cooperación binacional, lo que Sheinbaum calificó como un desmentido directo a las narrativas opositoras.
“Lo que buscan es que le vaya mal al país para cumplir con sus objetivos políticos a través de la mentira y la calumnia, pero ayer se les cayó el teatrito”, expresó la mandataria durante su conferencia matutina. En tono crítico pero con ironía evidente, añadió que las reacciones de los detractores “no sólo son infundadas, sino ridículas”, en referencia a los señalamientos previos que anticipaban una supuesta sumisión o improvisación del gobierno mexicano ante Washington.
Sheinbaum destacó que, por el contrario, la reunión —descrita por ambas partes como cordial y estratégica— dejó resultados concretos, entre ellos el establecimiento de un grupo binacional de alto nivel para dar seguimiento a acciones contra el crimen organizado, el lavado de dinero y el tráfico de armas y personas. También se abordaron temas sensibles como la extradición de criminales desde Estados Unidos hacia México, algo pocas veces discutido al más alto nivel diplomático.
La presidenta subrayó que Marco Rubio reconoció públicamente el trabajo de su administración en seguridad, mencionando específicamente la colaboración para detener a delincuentes de alto perfil y mejorar los mecanismos de inteligencia bilateral. Para Sheinbaum, estos reconocimientos no solo invalidan las críticas anticipadas, sino que demuestran que la oposición “no está interesada en el bienestar del país, sino en capitalizar cualquier hecho como herramienta de desgaste político”.
Las declaraciones de Sheinbaum se enmarcan en un contexto en el que la relación con Estados Unidos es observada con lupa, especialmente por quienes han querido ver un distanciamiento o pérdida de autonomía frente a Washington. Sin embargo, la presidenta ha insistido en que el principio rector es la cooperación sin subordinación, y que México actúa como socio, no como subordinado, en los temas de seguridad y política exterior.
Con esta respuesta, Sheinbaum reafirma su narrativa de gobierno: diálogo firme, defensa de la soberanía, resultados operativos y neutralización de las críticas infundadas. La escena política, no obstante, seguirá siendo tensa. Para la oposición, la política exterior es un flanco para cuestionar la legitimidad del proyecto político actual; para el Ejecutivo, es una vitrina donde exhibir liderazgo, capacidad diplomática y solvencia institucional.
El encuentro con Rubio, lejos de ser un tropiezo, se ha convertido —al menos para el gobierno— en una muestra de interlocución eficaz y respeto mutuo. Y para Sheinbaum, eso basta para desactivar el “teatrito”.
Te puede interesar
Lo más visto
