La presidenta Claudia Sheinbaum fijó postura este lunes frente a las recientes versiones que vinculan al senador Adán Augusto López con presuntas irregularidades fiscales, al señalar que no existe ninguna investigación oficial en su contra y que su administración no tolerará la fabricación de sospechas ni el encubrimiento de funcionarios. En un mensaje directo y cuidadosamente medido, Sheinbaum reafirmó que su gobierno se rige por principios de legalidad y transparencia, sin espacio para la protección política.
“El senador aclaró y, si tiene más cosas que aclarar, pues que las aclare. Pero que aclare Adán Augusto. No hay ninguna investigación contra él hasta el momento”, subrayó la mandataria. En sus declaraciones, Sheinbaum dejó entrever que el gobierno federal no intervendrá ni obstaculizará el trabajo de las instancias competentes, pero tampoco validará acusaciones que carezcan de sustento legal.
La reacción presidencial surge tras la circulación de reportes que sugieren la existencia de información fiscal comprometedora sobre el exsecretario de Gobernación y actual coordinador de los senadores de Morena. Aunque los documentos no han sido validados por autoridad alguna, su contenido ha sido utilizado en ciertos sectores políticos y mediáticos para presionar públicamente a López Hernández, una figura clave dentro del oficialismo.
Sheinbaum fue enfática al señalar que su administración no promueve insidias, en una aparente crítica al uso político de filtraciones no verificadas. Con ello, apuntala su narrativa de neutralidad institucional frente a disputas internas o externas, especialmente en un contexto donde los equilibrios dentro del partido gobernante aún se redefinen tras el arranque del nuevo sexenio.
Fuentes con conocimiento del entorno legislativo señalan que Adán Augusto ha manifestado disposición a colaborar con cualquier requerimiento, aunque en lo inmediato no se ha emitido citatorio ni resolución administrativa que lo implique formalmente. En los pasillos del Senado, su liderazgo no ha sido cuestionado por la bancada morenista, lo que sugiere un respaldo intacto en tanto no se presenten pruebas fehacientes.
El posicionamiento de Sheinbaum, sin ser una defensa explícita, busca deslindar al gobierno de una posible percepción de parcialidad o impunidad. El mensaje de fondo parece apuntar a una línea de conducción institucional: quien tenga que aclarar, que lo haga, pero sin juicios anticipados ni linchamientos políticos.
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