

En un clima de creciente tensión geopolítica, el periodista ultraconservador Tucker Carlson aseguró que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciará esta noche el inicio de una guerra contra Venezuela, durante su esperado discurso televisado a la nación. La declaración, realizada por Carlson en el pódcast ‘Judging Freedom’, ha generado inquietud a nivel internacional, al apuntar que miembros del Congreso estadounidense habrían sido informados con antelación sobre esta supuesta acción bélica. Sin embargo, hasta ahora no existe una confirmación oficial de la Casa Blanca sobre dicha intención.
De acuerdo con el periodista, Trump comparecerá a las 21:00 horas (02:00 GMT del jueves) para abordar el estado de su gestión y proyectar su visión para los próximos tres años, aunque diversas fuentes apuntan a que su intervención podría tener un giro drástico. La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, confirmó que el mandatario abordará temas clave, incluyendo el incremento del costo de vida, pero no hizo mención alguna sobre un posible anuncio militar. No obstante, la escalada de acciones hostiles en las últimas semanas alimenta la especulación: bombardeos contra embarcaciones en el Caribe, el bloqueo de petroleros sancionados y la reciente incautación de un buque frente a las costas venezolanas configuran un escenario de abierta confrontación.
A este contexto se suma una declaración incendiaria publicada por el propio Trump en su cuenta de Truth Social, donde afirma que Venezuela está “rodeada por la armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica” y exige la devolución de “petróleo, tierras y activos” que, asegura, fueron robados a Estados Unidos. Además, el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, profundizó la tensión al calificar la nacionalización petrolera de 1976 como “el mayor robo de la historia estadounidense”.
La respuesta de Caracas no se hizo esperar. El presidente venezolano Nicolás Maduro sostuvo una llamada con el secretario general de la ONU, António Guterres, para advertir sobre lo que describió como una “escalada de amenazas” por parte de Washington, a la que calificó como una “diplomacia de la barbarie”. Según el comunicado emitido por el gobierno venezolano, Maduro alertó sobre el impacto que esta agresión tendría en la paz regional y criticó abiertamente el carácter colonial de las recientes declaraciones estadounidenses. A su vez, Guterres reafirmó el compromiso de Naciones Unidas con el derecho internacional y la solución pacífica de controversias, advirtiendo sobre las consecuencias graves de un conflicto armado en la región.
En paralelo, se ha intensificado la retórica interna en Venezuela. Maduro convocó a una concentración masiva frente a la Casa Presidencial bajo la consigna “No al golpe de Estado, no al golpe electoral, no al fraude electoral, no a la injerencia de Trump”, en respuesta a las crecientes sospechas de desestabilización. Esta convocatoria ocurre en un momento especialmente sensible para el país sudamericano, cuya situación electoral sigue sin resolverse tres semanas después de los comicios, con denuncias cruzadas de fraude y un conteo paralizado por conflictos entre partidos en el centro del escrutinio especial.
A pesar de la falta de una confirmación oficial, el ambiente regional es de alerta máxima. El despliegue militar, los bloqueos económicos y las señales desde ambos gobiernos apuntan a una peligrosa confrontación, cuyo desenlace podría marcar un nuevo capítulo de crisis en América Latina. En este escenario incierto, la comunidad internacional observa con preocupación mientras se agota el tiempo para una solución diplomática. El Consejo de Seguridad de la ONU, según adelantó Guterres, dará seguimiento inmediato a la situación. Mientras tanto, la atención del mundo se centra en Washington, a la espera de un discurso presidencial que podría redefinir el equilibrio hemisférico.












