La ministra Yasmín Esquivel solicitó ayer, en una sesión privada del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la renuncia de la presidenta Norma Piña, argumentando que Piña no ha logrado mantener una interlocución adecuada con los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Esquivel planteó que, para evitar una reforma judicial radical, Piña debería hacerse a un lado y permitir que otro interlocutor asuma las negociaciones parlamentarias. Sin embargo, esta propuesta no recibió el apoyo de otros ministros durante la sesión.

La solicitud de Esquivel es particularmente significativa dado su papel decisivo en la elección de Piña como presidenta de la SCJN en enero de 2023. En esa ocasión, el voto de Esquivel fue crucial para que Piña alcanzara la presidencia.

La falta de apoyo de otros ministros a la petición de Esquivel resalta las divisiones internas dentro de la SCJN respecto a la gestión de Norma Piña. La propuesta de Esquivel busca evitar una reforma judicial radical, proponiendo que un nuevo interlocutor pueda facilitar mejores relaciones con los otros poderes de la Unión.

Esta situación se desarrolla en un contexto de creciente tensión entre los poderes del Estado y debates sobre la necesidad de una reforma judicial en México. La postura de Esquivel refleja una preocupación por la estabilidad y la efectividad del Poder Judicial en sus interacciones con el Ejecutivo y el Legislativo.

La solicitud de Esquivel no solo pone de manifiesto las tensiones internas dentro de la SCJN, sino también las dinámicas de poder en juego en la estructura judicial del país. La falta de apoyo a su propuesta sugiere que, por el momento, Norma Piña continuará en su rol como presidenta de la SCJN.