

La política de relocalización industrial continúa consolidándose como uno de los ejes clave de desarrollo económico en México. El programa de impulso a la infraestructura industrial que se planteó originalmente con la meta de crear 100 parques industriales en el país, cerrará con un total de 116 complejos, informó este martes Héctor Ibarzábal, consejero de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP) y CEO de Fibra Prologis.
De acuerdo con el empresario, el proyecto representa una inversión directa superior a 623 millones de dólares, y se estima que el monto total derivado de este esfuerzo —incluyendo el capital desplegado en parques ya en operación— se acerque a los 5 mil millones de dólares. La cifra revela no solo el dinamismo del sector, sino la aceleración del nearshoring como fenómeno estructural en la economía mexicana.
“De octubre a la fecha, hemos lanzado ya 13 nuevos parques, lo que nos hace avanzar a pasos más eficientes de lo que anticipábamos”, detalló Ibarzábal durante su participación en la conferencia matutina presidencial. Explicó que el volumen de inversión ha superado las expectativas iniciales, impulsado por la creciente demanda de espacios logísticos e industriales en zonas estratégicas del país.
Uno de los datos más relevantes ofrecidos por el CEO de Prologis es que el 44% de la actividad de ocupación industrial está siendo protagonizada por empresas de Estados Unidos, lo que confirma la apuesta de compañías norteamericanas por establecer o ampliar operaciones en México, en sustitución de cadenas de suministro más distantes y volátiles.
Actualmente, los más de 4 mil inquilinos industriales ya establecidos en estos parques constituyen una fuente vital de generación de empleo, innovación productiva y demanda de servicios especializados. A través de esta infraestructura, México fortalece su perfil como destino de manufactura avanzada, logística de última milla, electromovilidad y desarrollo tecnológico.
Con la suma de 116 parques industriales a lo largo del país, el programa se convierte en una de las estrategias de atracción de inversión más ambiciosas en la historia reciente. Su ejecución, además, permite una mayor diversificación regional de la industria, alejando el enfoque exclusivo de los polos tradicionales del norte del país para incluir también el centro y el sureste.
La combinación de condiciones macroeconómicas favorables, acuerdos comerciales estratégicos y capacidad instalada convierten a México en uno de los destinos preferidos para la inversión manufacturera y tecnológica, en un contexto global que exige proximidad, eficiencia y resiliencia. El cierre de este programa no solo representa una meta cumplida, sino una plataforma renovada para el crecimiento sostenido del país en la próxima década.