El Gobierno de México alista una reunión con autoridades de Estados Unidos para abordar la creciente preocupación por la contaminación en ríos fronterizos, producto de residuos vinculados a actividades aeroespaciales y otros desechos. Así lo confirmó la presidenta Claudia Sheinbaum este jueves, al subrayar que se prepara un análisis integral de la situación, con base en reportes técnicos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Durante su conferencia matutina, la mandataria señaló que el fenómeno afecta directamente a ecosistemas ubicados cerca de la frontera, lo que ha despertado alertas en distintas instancias federales por su impacto ambiental y sanitario. La canciller Alicia Bárcena entregó recientemente un informe detallado al respecto, que será clave para articular la postura mexicana ante el gobierno estadounidense.

La Presidenta precisó que se llevará a cabo una reunión de gabinete en los próximos días para evaluar de forma global las dimensiones del problema, antes de formalizar una solicitud de cumplimiento de normas internacionales por parte de Washington. La intención, dijo, es avanzar mediante el diálogo institucional hacia soluciones conjuntas que respeten los marcos multilaterales en materia ambiental.

Aunque no se ha precisado aún la naturaleza específica de los residuos ni su origen exacto, fuentes gubernamentales refieren que se han detectado materiales no identificados en cauces compartidos, lo que ha encendido alertas por posibles riesgos para comunidades locales. Este escenario plantea un desafío diplomático en el que México busca actuar con firmeza, pero también con apego a la cooperación internacional.

La postura oficial se orienta hacia la exigencia de responsabilidades claras, en un contexto donde los límites de jurisdicción ambiental son cada vez más difusos frente a la expansión de industrias tecnológicas y aeroespaciales. México aspira así a que este diálogo impulse no sólo soluciones puntuales, sino también una nueva narrativa de corresponsabilidad ambiental en la región.