Trump minimiza ataque iraní a base en Catar y agradece “aviso previo”; llama a una “nueva etapa de paz”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que Irán notificó con antelación a Washington sobre el ataque con misiles lanzado contra la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Catar, lo que permitió evacuar a todo el personal militar y evitar pérdidas humanas. En su red Truth Social, el mandatario calificó la ofensiva como una “respuesta muy débil” y exhortó a Teherán a optar por una salida diplomática. “¡Es tiempo para la paz!”, sentenció.
“Irán oficialmente respondió a nuestra destrucción de sus instalaciones nucleares con una respuesta muy débil, que esperábamos y que ha sido efectivamente contrarrestada”, escribió Trump. Detalló que fueron lanzados 14 misiles: 13 fueron interceptados y uno fue ignorado por dirigirse a una zona sin riesgo. “Ningún estadounidense resultó herido y apenas hubo daños. Quizá Irán pueda ahora avanzar hacia la paz y la armonía en la región”, añadió, asegurando que animará a Israel a actuar en el mismo sentido.
El Pentágono ya había confirmado que la base aérea Al Udeid, la más grande de EE.UU. en Medio Oriente, fue atacada con misiles de corto y medio alcance por parte de la Guardia Revolucionaria de Irán, como represalia por la operación “Midnight Hammer”, en la que EE.UU. bombardeó las instalaciones nucleares de Isfahán, Natanz y Fordó el pasado fin de semana.
Fuentes del Departamento de Defensa indicaron que el Comando Central (Centcom) “se defendió con éxito del ataque”, y reiteraron que Estados Unidos continuará tomando “todas las medidas necesarias para proteger y defender a su personal, socios y aliados en la región”.
En paralelo, el Parlamento iraní había solicitado el cierre del estrecho de Ormuz, un paso clave para el tránsito del petróleo mundial, aunque la decisión final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
El gesto de Irán, acompañado de la aparente intención de evitar víctimas, apunta a un equilibrio complejo entre demostrar fuerza interna y evitar una escalada incontrolable. Trump capitalizó ese matiz para reencuadrar el episodio como un posible punto de inflexión. “Quizá con esta respuesta ya sacamos el tema de nuestro sistema y, con suerte, no habrá más odio”, escribió.
En medio de la tensión, el presidente también tuvo palabras para Doha: “Gracias a Qatar por todo lo que ha hecho para buscar la paz en la región”, y confirmó que tampoco se registraron bajas qataríes.
La aparente contención de ambos bandos podría marcar el inicio de una nueva fase, aunque el riesgo de una escalada persiste. Las palabras de Trump, entre la condescendencia táctica y el gesto diplomático, sugieren que Washington intenta enviar una señal: Estados Unidos no busca una guerra abierta, pero está dispuesto a actuar con fuerza si es desafiado. El mensaje de fondo, más allá de los misiles, es un juego de poder con márgenes cada vez más estrechos.