

El Gobierno de Colombia, en su calidad de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), convocó para este lunes una reunión extraordinaria de cancilleres en formato virtual con el propósito de analizar la situación regional tras el reciente despliegue de buques de guerra de Estados Unidos en el mar Caribe, frente a las costas de Venezuela.
La Cancillería colombiana informó que el objetivo del encuentro será intercambiar puntos de vista y reflexiones sobre esta coyuntura, abordando “de manera abierta y constructiva las preocupaciones existentes en torno a los recientes movimientos militares en el Caribe y sus posibles implicaciones para la paz, la seguridad y la estabilidad regional”.
La operación naval de Washington incluye destructores, un crucero lanzamisiles y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear. Según la Casa Blanca, se trata de parte de su estrategia antidrogas en la región y cuenta con el respaldo de varios gobiernos latinoamericanos. Sin embargo, hasta ahora, el organismo regional no había fijado postura oficial al respecto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia explicó que la canciller Rosa Villavicencio convocó esta reunión con la intención de “reforzar los canales de diálogo y cooperación”, señalando que los desafíos transnacionales deben ser enfrentados con “respuestas conjuntas y coordinadas”.
La CELAC, integrada por 33 países de América Latina y el Caribe, fue creada en 2010 como un mecanismo de concertación política sin la participación de Estados Unidos ni Canadá. Su propósito es fortalecer la integración regional y alcanzar consensos en temas estratégicos.
Desde Caracas, el Gobierno de Nicolás Maduro ha condenado enérgicamente el despliegue militar estadounidense, calificándolo como “acciones hostiles” que estarían orientadas a un intento de “cambio de régimen”. Venezuela denunció además ante la ONU que la presencia de buques de guerra cerca de su territorio constituye una amenaza directa a la paz regional y una violación del Tratado de Tlatelolco de 1967, que prohíbe la presencia de armas nucleares en América Latina y el Caribe.
En respuesta a la operación de Washington, el gobierno venezolano ha reforzado su presencia militar en zonas fronterizas con Colombia y activado jornadas de alistamiento de milicianos como parte del ‘Plan Nacional de Soberanía y Paz’. Autoridades venezolanas han denunciado que la supuesta lucha antidrogas es una excusa de Estados Unidos para “apoderarse del mar Caribe” e incrementar la presión sobre el país sudamericano.
Washington, por su parte, ha intensificado recientemente las acciones contra Maduro, duplicando a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su captura, bajo acusaciones de violar las leyes estadounidenses sobre narcóticos.
Con este contexto de tensión, la CELAC se prepara para una sesión clave que podría marcar la posición regional ante lo que varios gobiernos consideran una nueva escalada de confrontación entre Estados Unidos y Venezuela. La expectativa de Colombia es que el diálogo permita avanzar hacia soluciones concertadas que privilegien la estabilidad, el respeto al derecho internacional y la soberanía de los pueblos.