

Los últimos 13 rehenes israelíes que permanecían con vida en manos de Hamás ya se encuentran en territorio israelí, según confirmó este lunes el Ejército de Israel, con lo que inicia la fase de entrega de los cuerpos de los 28 cautivos que murieron en la Franja de Gaza.
Entre los liberados se encuentran jóvenes secuestrados en el festival de música Nova, como Rom Braslavski (21), Bar Kupershtein (23) y Evyatar David (24); así como soldados, civiles y ciudadanos con doble nacionalidad, entre ellos los argentinos Ariel y David Cunio, y Eitan Horn. Todos fueron trasladados en helicópteros a hospitales en Tel Aviv, donde recibieron atención médica y se reencontraron con sus familias.
“Los rehenes que regresan fueron acompañados por nuestras fuerzas y ya cruzaron la frontera hacia Israel”, indicó el comunicado oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). En total, 20 rehenes vivos fueron liberados por Hamás como parte de la primera fase del plan de paz impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que contempla también la liberación de presos palestinos y el cese de las operaciones militares en Gaza.
Hamás confirmó en un comunicado que “la liberación de los prisioneros se realiza como parte de las medidas para implementar la primera fase del plan para detener la guerra en la Franja de Gaza”, subrayando su compromiso con el cumplimiento del acuerdo y agradeciendo la mediación de Qatar, Egipto y Turquía.
En paralelo, el grupo islamista entregó este lunes a la Cruz Roja los cuerpos de cuatro rehenes fallecidos, identificados como Guy Illouz, Bipin Joshi, Yossi Sharabi y Daniel Peretz. El Ejército israelí exigió que Hamás cumpla con la entrega total de los 24 cuerpos restantes.
En reciprocidad, Israel completó la liberación de 1,968 presos palestinos —entre ellos 250 con condenas de larga duración— que fueron trasladados a Gaza, Egipto, Cisjordania y Jerusalén, según el Servicio de Prisiones de Israel.
El acuerdo, considerado el paso más significativo hacia la paz en la región en dos años, marca el inicio de un frágil alto el fuego en Gaza y se enmarca dentro del plan diplomático promovido por Washington. En Tel Aviv, miles de personas celebraron la llegada de los rehenes liberados entre lágrimas, aplausos y cánticos por la paz.