La secretaria de Energía, Luz Elena González, presentó un balance detallado sobre el estado actual de la infraestructura eléctrica nacional, subrayando el papel de las inversiones públicas en plantas de ciclo combinado y la apertura ordenada a la participación privada en proyectos de generación limpia. El informe, presentado en el marco de la conferencia presidencial de este lunes, refleja una estrategia dual orientada a garantizar energía firme y, al mismo tiempo, acelerar la transición energética del país.
González informó que ya están en operación cuatro plantas de ciclo combinado, lo que representa un avance significativo en la expansión de la capacidad instalada bajo esquemas de alta eficiencia. A estas se sumará, en breve, la planta proyectada en Los Cabos, cuyo inicio de obras está previsto para enero próximo. Además, adelantó que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) incorporará dos nuevas plantas de este tipo, reforzando así la capacidad de generación firme del sistema eléctrico nacional.
Estas instalaciones, que utilizan gas natural y vapor de agua para mejorar el rendimiento energético, han sido promovidas como una solución intermedia entre la infraestructura tradicional basada en combustibles fósiles y el despliegue masivo de energías renovables, dada su capacidad de aportar estabilidad y respaldo en un sistema en transición.
En cuanto a energías limpias, la titular de la Sener destacó que la tercera etapa del megaproyecto fotovoltaico de Puerto Peñasco, en Sonora, ya se encuentra en construcción. Esta fase se suma a las etapas previas del parque solar, considerado uno de los más ambiciosos de América Latina, y cuyo modelo de desarrollo es administrado por la CFE. El complejo representa un pilar clave de la política energética actual, no solo por su escala, sino por su potencial de integración con redes inteligentes y almacenamiento.
Además, González abordó los resultados de la convocatoria reciente dirigida al sector privado, enfocada en impulsar proyectos de generación renovable bajo esquemas regulados y de colaboración con el Estado. Aunque no se revelaron cifras específicas ni el número de propuestas recibidas, se confirmó que la Secretaría de Energía está evaluando múltiples iniciativas que buscan complementar la capacidad instalada pública con inversiones privadas en energía solar, eólica y otras fuentes limpias.
El mensaje de la funcionaria fue claro: el gobierno federal mantiene el control estratégico del sistema eléctrico, pero reconoce el papel técnico y financiero del sector privado para ampliar la cobertura y acelerar la descarbonización del modelo energético nacional. Esta apertura, sin perder rectoría, apunta a una lógica de corresponsabilidad donde la CFE conserva el rol central como operador del sistema, mientras que las empresas privadas pueden aportar infraestructura bajo marcos normativos definidos.
En conjunto, los avances presentados delinean una arquitectura energética en evolución, donde la generación firme y las fuentes renovables se articulan con visión de largo plazo. Si bien persisten desafíos técnicos, de inversión y de regulación, la actual administración busca consolidar un sistema más robusto, equilibrado y ambientalmente sostenible, anclado en la soberanía energética, pero abierto a nuevas dinámicas de cooperación.
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