El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó el lunes el hackeo de los servidores de la Presidencia, que resultó en la filtración de datos personales de más de 300 periodistas que asisten a sus conferencias matutinas conocidas como "mañaneras".

"Ya hackearon las computadoras de la ‘mañanera’, fue hackeo", declaró el mandatario en su rueda de prensa diaria. Agregó que se buscará determinar qué sucedió y quién está detrás del hackeo. López Obrador indicó que se presentará un informe sobre el incidente.

La firma de seguridad SILKIN reveló que en foros clandestinos se filtró una base de datos del Sistema de Acreditación de Prensa de la Presidencia, que contenía detalles de más de 300 periodistas, incluyendo pasaportes, identificaciones, Registro Federal de Contribuyentes (RFC), direcciones y teléfonos.

La organización Artículo 19, defensora de la libertad de prensa, advirtió que esta filtración pone en riesgo la seguridad física de los periodistas, especialmente en un país donde la violencia contra la prensa es preocupante.

López Obrador culpó del hackeo a la "red de opositores a la transformación", refiriéndose a líderes vinculados a partidos de oposición. Afirmó que sus adversarios cuentan con recursos para contratar a expertos en ciberseguridad y los responsabilizó de la acción.

El presidente prometió investigar, castigar a los responsables y enviar un informe al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai). Sin embargo, también sugirió que el hackeo forma parte de una "guerra sucia" dirigida a socavar a su Gobierno de cara a las elecciones presidenciales del 2 de junio.

Este incidente destaca la importancia de fortalecer las medidas de ciberseguridad en las instituciones gubernamentales y resalta los riesgos asociados con la filtración de información sensible, especialmente en un contexto político y mediático sensible como el de México.