Ante la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que México cumpla con la entrega de agua a Texas bajo amenaza de imponer aranceles, la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, dejó en claro que el estado atraviesa una situación crítica de sequía que hace imposible atender dicha exigencia.

“Nadie está obligado a lo imposible y somos un estado calificado por la misma Conagua como un estado en extrema sequía”, expresó la mandataria estatal, al recalcar que Chihuahua es actualmente la única entidad del país en esta condición.

Campos Galván subrayó que la prioridad de su administración es garantizar el abasto de agua para el consumo humano y las necesidades básicas de los productores locales, por lo que entregar el recurso a Estados Unidos resultaría inviable y atentaría contra el bienestar de los chihuahuenses.

“No podemos otorgarle agua a Estados Unidos cuando no tenemos agua, y seguiremos defendiendo el agua”, sentenció.

La gobernadora informó que mantiene comunicación permanente con autoridades del Gobierno de México y representantes estadounidenses, en busca de un acuerdo que no ponga en riesgo el acceso al agua de los ciudadanos de Chihuahua.

“Estamos platicando con el Gobierno Federal y, por supuesto, lo haremos con el Gobierno de Estados Unidos para encontrar la mejor situación para todos”, concluyó.

El posicionamiento de Maru Campos se da en un contexto de creciente tensión binacional, luego de que Trump advirtiera que, de no cumplirse el Tratado de Aguas de 1944, su gobierno recurrirá a sanciones comerciales. Mientras tanto, Chihuahua enfrenta una de las peores sequías de su historia reciente, situación que coloca al estado en una encrucijada frente a las exigencias internacionales.