Superan las 100 mil viviendas en construcción por el programa Vivienda para el Bienestar: Sedatu

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) informó este lunes que el programa Vivienda para el Bienestar ya ha iniciado la construcción de más de 100 mil viviendas nuevas en el país, como parte de los compromisos asumidos por la administración federal para el fortalecimiento del derecho a la vivienda digna.
Durante su participación en la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, la titular de la Sedatu, Edna Vega Rangel, detalló que este ambicioso plan prevé la edificación de 186 mil viviendas nuevas y la intervención de 300 mil inmuebles a través de apoyos de mejoramiento habitacional tan solo en 2025.
Además, se contempla la regularización de 120 mil escrituras y el impacto económico directo e indirecto de estas acciones ya se empieza a reflejar en el mercado laboral. La secretaria subrayó que con estas metas, se estima generar 1.7 millones de empleos directos y 2.6 millones de empleos indirectos solo en 2025, con un impacto acumulado que alcanzaría los 13 millones de personas beneficiadas a lo largo del sexenio.
“Tenemos claro el objetivo y lo llevamos con seguimiento día a día. No debe haber confusión, estamos hablando de vivienda con justicia social y empleo con arraigo territorial”, enfatizó Vega.
El programa, una de las piezas clave del llamado “segundo piso de la transformación”, busca no solo reducir el rezago habitacional, sino también vincular el desarrollo urbano con políticas de empleo, movilidad y acceso a servicios básicos, de forma equitativa en las distintas regiones del país.
La iniciativa se ha diseñado con una lógica de descentralización, priorizando a comunidades históricamente marginadas y zonas donde el acceso a crédito ha sido limitado o inexistente, como parte de un modelo integral que también contempla la sostenibilidad ambiental y la planificación urbana.
Con este balance, el gobierno federal refrenda su compromiso con una política de vivienda como derecho y no como mercancía, e insiste en que cada avance en infraestructura social representa también una apuesta por la cohesión comunitaria y el bienestar colectivo.