Estados Unidos ataca instalaciones nucleares en Irán; crece la tensión internacional tras ofensiva ordenada por Trump

El presidente estadounidense Donald Trump confirmó este sábado que Estados Unidos llevó a cabo un ataque “exitoso” contra tres instalaciones nucleares en Irán, marcando así el primer bombardeo directo de Washington en el contexto del actual conflicto entre Israel e Irán. La operación militar, ejecutada en medio de un clima regional altamente volátil, eleva de manera significativa el nivel de confrontación y ha generado alarma entre observadores internacionales por sus posibles repercusiones geopolíticas.
Según detalló el propio Trump, los objetivos fueron blancos estratégicos relacionados con el desarrollo atómico del régimen iraní, lo que coloca al país persa en una posición de vulnerabilidad sin precedentes. Analistas advierten que el ataque constituye no sólo una escalada militar, sino también un golpe simbólico que erosiona gravemente la imagen de poder del Estado iraní. El especialista en relaciones internacionales Daniel Zovatto sostuvo que el régimen se encuentra en una situación “de máxima humillación y fragilidad: un riesgo existencial”.
La lectura de los hechos apunta a un giro decisivo en la política exterior estadounidense. Pese a haber iniciado su mandato con una voluntad de distensión hacia Irán, Trump se ha visto, según Zovatto, “arrastrado por Netanyahu” hacia una dinámica de confrontación directa. “El ganador esta noche no es Trump. Es Netanyahu”, sentenció el analista, aludiendo a la capacidad del primer ministro israelí para marcar el ritmo del conflicto y condicionar a sus aliados.
El ataque reconfigura el tablero estratégico global. Queda por verse cómo reaccionarán actores clave como China, Rusia, Turquía, las monarquías del Golfo y la Unión Europea, todos con intereses divergentes en la región. También queda expuesta la creciente irrelevancia de los organismos multilaterales: una vez más, Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad han sido ignorados en un acto unilateral que desafía abiertamente las normas del derecho internacional.
Este episodio instala, una vez más, la lógica de la fuerza por sobre el orden jurídico internacional. La “ley de la jungla”, como la definió Zovatto, parece haberse impuesto con claridad en esta nueva fase del conflicto. A partir de ahora, el gran interrogante ya no es si Irán responderá, sino cuándo, cómo y con qué alcance. En un mundo sin árbitros efectivos, la imprevisibilidad se convierte en la única certeza.