Chihuahua concentra el 95% de los casos de sarampión en México, informa la Secretaría de Salud

En un contexto de creciente preocupación sanitaria, el secretario de Salud federal, David Kershenobich Stalnikowitz, confirmó que el brote de sarampión que afecta actualmente a México ha alcanzado un total de 2 mil 843 casos registrados, de los cuales más del 95 por ciento —específicamente 2 mil 752— se concentran en el estado de Chihuahua.
Durante su participación en la conferencia matutina presidencial, Kershenobich detalló que del total de diagnósticos, 2 mil 605 fueron confirmados mediante pruebas PCR, mientras que otros 255 casos permanecen en dictaminación. El funcionario indicó que la tasa de incidencia nacional es de 2.21 casos por cada 100 mil habitantes, pero advirtió que el foco epidemiológico permanece significativamente localizado en la entidad del norte.
Ante esta situación, la Secretaría de Salud ha ampliado su estrategia de vacunación para incluir a personas de hasta 40 años de edad, con el fin de frenar la propagación del virus en Chihuahua. Esta medida rompe con los esquemas tradicionales de inmunización, generalmente centrados en la población infantil, y responde al patrón atípico de contagios observado.
Fuentes internas de la dependencia indicaron que la rápida propagación del brote podría estar relacionada con coberturas de vacunación insuficientes en determinadas regiones, sumadas a un relajamiento en los controles sanitarios derivados de la pandemia anterior.
A pesar de la magnitud del problema, el gobierno federal ha evitado declarar una emergencia sanitaria nacional, confiando en que la intervención focalizada y la ampliación del rango etario de vacunación bastarán para contener la situación. Paralelamente, brigadas médicas y de promoción de la salud continúan desplegadas en la zona afectada para reforzar las labores de diagnóstico, seguimiento y atención.
La reaparición del sarampión en México —enfermedad que había sido virtualmente erradicada durante las últimas décadas— representa un desafío complejo para el sistema de salud pública, que ahora enfrenta la tarea de contener un brote con potencial epidémico en una región fronteriza, con alta movilidad poblacional y rezagos estructurales en salud.