

La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó categóricamente cualquier insinuación de que su gobierno esté interviniendo o defendiendo a Ovidio Guzmán, tras darse a conocer un posible acuerdo de culpabilidad entre el hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán y las autoridades estadounidenses. En su posicionamiento, subrayó que la política de su administración es clara: no se protege a nadie vinculado con la delincuencia organizada.
“No defendemos a nadie”, sostuvo Sheinbaum durante su conferencia matutina, y cuestionó la contradicción en la narrativa estadounidense al etiquetar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, solo para posteriormente negociar con sus líderes. Recordó además que la detención de Guzmán López fue una operación del Estado mexicano, en la que perdieron la vida elementos de las fuerzas armadas nacionales, y que su extradición fue ejecutada conforme a los procedimientos legales.
Sheinbaum insistió en que cualquier seguimiento sobre el caso debería centrarse en la Fiscalía General de la República y en las instituciones judiciales correspondientes, reiterando que el compromiso de su administración es el combate frontal a las redes del crimen organizado.