

El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos registró un crecimiento del 3 % a ritmo anualizado en el segundo trimestre de 2025, según la estimación publicada por el Buró de Análisis Económico (BEA), lo que representa una recuperación significativa tras la contracción del 0,5 % anotada en el primer trimestre.
De acuerdo con el reporte oficial, este repunte fue impulsado principalmente por un descenso en las importaciones, que se redujeron un 30,3 %, y un incremento del 1,4 % en el gasto de consumo, elemento clave del desempeño económico del país. El crecimiento intertrimestral se ubicó en 0,7 %.
Este comportamiento contrasta con el inicio del año, cuando la economía sufrió su primer retroceso desde 2022, en medio del aumento de importaciones, la reducción del gasto gubernamental y las tensiones derivadas de la política comercial del presidente Donald Trump, quien retomó el poder en enero con una agenda de recortes federales y restricciones al comercio exterior.
El informe del BEA señala que la mejora del PIB responde principalmente al dinamismo del consumo y al repliegue de las importaciones, aunque advierte que estos avances fueron moderados por una caída del 15,6 % en la inversión nacional privada y una disminución del 1,8 % en las exportaciones.
Economistas consultados por distintas firmas coinciden en que, si bien los resultados están dentro del rango previsto, el panorama para la segunda mitad del año permanece incierto. La entrada en vigor de nuevos aranceles a partir del 1 de agosto, tras el término de la tregua comercial, podría volver a debilitar el ritmo de gasto e inversión, elementos fundamentales para consolidar una recuperación sostenida.
En este contexto, se anticipa que las decisiones de política fiscal y comercial adoptadas en los próximos meses serán determinantes para mantener la estabilidad macroeconómica y evitar un nuevo ciclo de desaceleración en la economía estadounidense.