

La presidenta Claudia Sheinbaum criticó duramente la reacción de la oposición política tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, al acusarla de utilizar el crimen con fines partidistas y sin mostrar sensibilidad hacia las víctimas. En su conferencia matutina de este viernes, la mandataria lamentó que el hecho haya sido aprovechado para lanzar señalamientos contra su gobierno, sin consideración por el dolor de las familias y la gravedad del suceso.
Sheinbaum señaló que los discursos opositores han priorizado ataques mediáticos por encima de un verdadero interés por la justicia o la seguridad pública. “Ni siquiera hay empatía con lo que ocurrió”, afirmó, al referirse al uso de expresiones como “narco gobierno” que —según dijo— no aportan a la solución del problema y repiten fórmulas políticas desacreditadas. En su visión, lo que está en juego es la necesidad de abordar estos hechos con responsabilidad, sin deshumanizar a las víctimas ni convertir la tragedia en una plataforma de confrontación electoral.
La presidenta reiteró que su gobierno está comprometido con el esclarecimiento total del asesinato de Manzo y aseguró que no habrá impunidad. Insistió en que la respuesta del Estado debe estar guiada por la sensibilidad y el rigor institucional, y no por la lógica del oportunismo político. “Son dos cosas distintas: una es atender con seriedad y respeto lo ocurrido, y otra muy distinta es aprovecharlo con fines partidistas”, subrayó.
Las declaraciones de Sheinbaum se producen en un contexto de creciente tensión política tras el homicidio del edil michoacano, ocurrido en una región históricamente golpeada por la violencia criminal. La respuesta de la oposición, que ha centrado sus críticas en la estrategia federal de seguridad, ha generado un nuevo punto de fricción con el Ejecutivo, que mantiene su rechazo a la narrativa de guerra contra el narcotráfico y apuesta por reforzar los trabajos de inteligencia y coordinación institucional.
En medio del duelo y la exigencia de justicia, el caso de Carlos Manzo se ha convertido también en un termómetro del clima político nacional y del nivel de responsabilidad con que cada actor público asume su papel frente a la violencia que atraviesa diversas regiones del país. Para el gobierno federal, el desafío no solo es esclarecer el crimen, sino también sostener una narrativa de Estado que privilegie la empatía, la eficacia judicial y la estabilidad democrática por encima del enfrentamiento retórico.











