

La sucesión en Chihuahua ha comenzado a tomar forma con un giro inesperado: el quiebre definitivo entre la gobernadora Maru Campos y el alcalde capitalino Marco Bonilla. Lo que alguna vez fue una relación política cercana se ha convertido en un distanciamiento irremediable que marca el inicio del proceso para encontrar al nuevo perfil del PAN rumbo a la gubernatura en 2027.
Todo comenzó con las expresiones anticipadas de apoyo a Bonilla durante el desfile del 20 de noviembre, cuando un grupo de deportistas desplegó mantas con consignas electorales a favor del alcalde, lo que fue interpretado como un acto de protagonismo en un espacio institucional. Lejos de contenerse, el equipo de Bonilla redobló la apuesta al organizar una caravana promocional con el lema “Qué Bonilla es Chihuahua”, lo que generó la molestia directa de la mandataria estatal, quien reaccionó públicamente calificando los actos como una falta de respeto y una mentira política.
El quiebre fue confirmado desde el Comité Directivo Estatal del PAN, donde su presidenta, Daniela Álvarez, lanzó un llamado a la prudencia y al respeto por los tiempos electorales. Aunque evitó confrontar directamente a Bonilla, sí dejó claro que los excesos no son bien vistos ni por la ciudadanía ni por el partido. “La imagen de la gobernadora está por encima de cualquier personaje o aspiración rumbo al 2027”, afirmó con firmeza, en lo que fue interpretado como un respaldo implícito a la postura de Maru Campos y un deslinde del actuar del alcalde.
La gobernadora, por su parte, fue más allá. En entrevista con medios locales, sentenció que “es muy fácil deslindarse”, pero que no pasó desapercibido el despliegue de mantas ni la caravana organizada al día siguiente. En un mensaje directo a Bonilla, Campos negó tener candidato preferido y advirtió que nadie puede ostentarse como el elegido ni por ella ni por la dirigencia del PAN. “Es una mentira, y si es una mentira, ya sabremos si podemos confiar en esas personas o no para ser futuros candidatos”, declaró, marcando así un punto de quiebre irreversible.
La mandataria también criticó duramente las encuestas difundidas por el equipo de Bonilla en las que aparece como favorito rumbo a 2027, asegurando que se trata de un “autoengaño” que sólo alimenta la soberbia del precandidato y frena el trabajo político real.
Con este panorama, quedó claro que Marco Bonilla ha perdido el respaldo de quien fuera su principal impulsora. Desde Palacio de Gobierno ya se ha comenzado a diseñar un nuevo plan para encontrar al candidato o candidata que represente el proyecto político de Maru Campos en la próxima contienda estatal. Aunque la gobernadora dejó en claro que la decisión estará en manos del panismo y de la ciudadanía, el mensaje fue contundente: la etapa Bonilla está cerrada.
El proceso interno del PAN se anticipa complejo y competitivo. Sin un favorito claro, el escenario está abierto para nuevas figuras que logren capitalizar el respaldo del aparato partidista y de los liderazgos que aún conservan fuerza dentro de la estructura azul. Por lo pronto, Marco Bonilla queda relegado, víctima de sus propios excesos y de un enfrentamiento político que terminó por dejarlo fuera de la carrera.










