Tras las críticas de congresistas de Estados Unidos al llamado “plan B” de reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, el senador Ricardo Monreal respondió que los asuntos internos de México le corresponde solo a los mexicanos dirimirlos.

En una carta que envió a los presidentes de los comités de Relaciones Exteriores del Senado y de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Bob Menendez y Michael McCaul, respectivamente, el morenista comentó que sus comentarios constituyen inferencia externa y que éstos no contribuyen al clima de amistad entre ambos países.

“Su opinión, siendo respetable, constituyen una cuestionable injerencia externa en los asuntos internos de una nación soberana e independiente, como lo es México. Su comunicado no contribuye al clima de amistad y cooperación entre nuestros gobiernos y pueblos, por el que propugnan los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador”, apuntó Monreal.

“Sin embargo, en aras de preservar el clima de cordialidad entre los Congresos de que formamos parte, acudo a la diplomacia parlamentaria para comunicar a ustedes algunas reflexiones, que espero sirvan para su mejor entendimiento de la democracia y del sistema electoral de mi país”, agregó.

El coordinador de la bancada de Morena en el Senado mencionó que la democracia mexicana se funda en un sistema electoral vigoroso, con instituciones autónomas e independientes, en las que participan los ciudadanos, los partidos políticos y los Poderes Legislativo y Judicial; además, enfatizó que el sistema electoral de México es, quizá, el más grande y complejo del mundo, tanto por su base jurídica como por su estructura organizativa y su costo anual.

En la misiva, publicada en su cuenta de Twitter, Monreal señaló que el “plan B” electoral ha provocado una fuerte polémica en México, pero eso, dijo, es parte del vigor de la democracia y agregó que la discusión y aprobación de estos cambios a leyes secundarias se llevaron a cabo en el marco de un debate informado, analítico, libre y con la participación de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión.

Hace unos días, algunos congresistas estadounidenses acusaron al Congreso de México de poner “en peligro el futuro de las instituciones democráticas de su país, regresando a México a su pasado oscuro de elecciones controladas por el presidente, no sólo retrasando el reloj de su democracia, sino también el de las relaciones entre nuestros países”.