En una revelación impactante, Samuel García, quien recientemente inició y retractó una licencia para dejar el gobierno de Nuevo León, ha expuesto públicamente las presuntas peticiones realizadas por los partidos PRI y PAN en la entidad. Según García, los partidos solicitaban cambios clave en posiciones estratégicas y cuantiosas sumas de dinero a cambio de respaldar a Luis Enrique Orozco como gobernador interino en lugar de Javier Navarro.

A través de una carta compartida parcialmente por García, se detallan las exigencias que, según él, le fueron presentadas: el control de la Auditoría Superior del Estado, la designación de Adrián de la Garza como Fiscal General de Justicia, una suma de 2,500 millones de pesos para municipios gobernados por PRI y PAN, así como la eliminación de expedientes contra figuras políticas como Zeferino Salgado, ex alcalde panista de San Nicolás, y Francisco Cienfuegos, priista.

En un tono crítico, García señaló que los partidos esperaban que él actuara como "Santa Claus". Comentó que el PRI y el PAN pretendían recibir un presupuesto significativo para el próximo año, la exoneración de cargos para figuras políticas, la no obligación de pagar impuestos durante los próximos cinco años, y posiciones estratégicas para sus afiliados.

"El PRI y PAN de Nuevo León son lo más corriente que he visto en mi vida", expresó García, denunciando estas presuntas prácticas.

Además, García acusó al PRI y al PAN de ser "corrientes" al pedir la exoneración de impuestos y criticó duramente a Adrián de la Garza y a otros involucrados, calificándolos de "ratas" y "malandros". García aseguró que estas solicitudes inaceptables ponían en riesgo la gobernabilidad de Nuevo León y destacó la importancia de exponer estas prácticas.

En cuanto a su decisión de no utilizar la licencia y regresar al cargo de gobernador, García afirmó que la licencia es un derecho humano unipersonal y no una obligación. Enfatizó que su regreso no implica desacato y argumentó que, al no haber utilizado la licencia, todos los juicios en su contra deberían sobreseerse.

Las revelaciones de García han avivado la tensión política en Nuevo León, con respuestas tanto de los partidos involucrados como de otros actores políticos que cuestionan la conducta del gobernador.