Una facción del grupo de ultraderecha católica El Yunque está detrás de la creación de México Republicano, un partido político que busca consolidarse como una nueva fuerza conservadora en el panorama político mexicano. Liderado por el exgobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, el proyecto cuenta con el respaldo de exfuncionarios, empresarios y figuras religiosas, quienes han comenzado a estructurar la plataforma para obtener su registro oficial en 2025.

El partido pretende reunir una base inicial de al menos 40 mil afiliados, principalmente en Guanajuato y Jalisco, sumando a evangélicos y libertarios para alcanzar el objetivo de 300 mil afiliados. Entre los nombres destacados que apoyan la iniciativa están:

Alberto Diosdado, exsecretario de Educación de Guanajuato y mentor de Oliva.
Juan Carlos López, excolaborador en políticas públicas durante el gobierno de Oliva.
Líderes municipales como Héctor Corona, Tere Pizano y Vicente Caracheo, exfuncionarios panistas de diversas localidades.

Empresarios del sector construcción y calzado, como Francisco Rosete, Ángel Álvarez e Ygnacio Villafuerte, han brindado respaldo financiero al partido, fortaleciendo su estructura organizativa.

En el ámbito religioso, Oliva ha estrechado lazos con grupos como Regnum Christi, de los Legionarios de Cristo, y organizaciones evangélicas como Justicia y Paz en Baja California, reforzando la base ideológica del partido.

En Jalisco, figuras vinculadas a El Yunque, como el exgobernador Emilio González y Fernando Guzmán, están en negociaciones para integrarse al proyecto. Guzmán, reconocido por su oposición a temas como el aborto y los matrimonios igualitarios, refuerza la línea conservadora del movimiento.

También destaca la participación de Fernando Limón, cercano a Ana Teresa Aranda y con experiencia en organizaciones religiosas, quien desempeña un papel clave en la expansión del partido.

Juan Iván Peña Neder, líder nacional del partido, confirmó que se han planificado al menos 25 asambleas estatales, iniciando en Baja California. México Republicano busca posicionarse como un contrapeso en la política nacional con un enfoque conservador y un discurso dirigido a la clase media.

El partido ha establecido vínculos internacionales, destacando su afinidad con el gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump, como parte de su estrategia para ganar relevancia en el panorama político.

Entre los principales desafíos del partido está alcanzar la cifra requerida de afiliados, cumplir con los procesos administrativos para su registro y consolidarse como una opción viable frente a los partidos tradicionales. No obstante, su rápida organización y el apoyo de redes políticas, religiosas y empresariales apuntan a que México Republicano podría convertirse en un actor importante en las próximas elecciones.