El PT Chihuahua: un negocio familiar al servicio del PAN

El Partido del Trabajo en Chihuahua se ha convertido en la peor versión de sí mismo. Durante años, la familia Aguilar ha manejado al PT como si fuera su empresa personal, una franquicia política cuyo único objetivo es garantizar posiciones y negocios para su círculo cercano. En teoría, el PT es aliado de la 4T a nivel nacional, pero en Chihuahua es un fiel sirviente del PAN.

La diputada América Aguilar vota más con el panismo que con Morena, mientras que la otra diputada del PT, Irlanda Dominique Márquez, decidió romper con la familia Aguilar para recuperar su identidad de izquierda. El PT chihuahuense se rasga las vestiduras diciendo que apoya la Cuarta Transformación, pero en el Congreso vota cada iniciativa que fortalece el aparato gubernamental panista.

La realidad es simple: quien sirve a dos amores con alguno queda mal. El PT de Chihuahua no es ni de izquierda ni de derecha, es simplemente una franquicia que busca sobrevivir a costa del mejor postor. Y hoy, ese postor es el PAN.

Marco Bonilla: el "mejor alcalde" de un Chihuahua en ruinas

La encuestadora RUBRUM colocó a Marco Bonilla como el alcalde mejor evaluado en trabajo, servicios y cercanía. La pregunta es: ¿Chihuahua Capital es la mejor ciudad del país? Si el alcalde es el mejor, entonces deberíamos vivir en un paraíso urbano. Pero la realidad es que Chihuahua está sumida en el caos y la desigualdad.

Basta salir del Periférico de la Juventud para ver la otra cara de la ciudad: colonias sin pavimentación, parques privatizados, servicios básicos colapsados y una crisis de seguridad que ha convertido a Chihuahua en una de las ciudades más peligrosas del país.

Si los números de Bonilla fueran reales, entonces Chihuahua sería un referente de bienestar. Pero lo cierto es que sus encuestas son una fantasía. Pregunten en el sur de la ciudad y les dirán que no ven al alcalde ni en foto.

Maru Campos y su "cirugía programada" que huele a escapismo

Luego del desastre del 8M y la brutalidad policiaca contra manifestantes, Maru Campos decidió desaparecer por lo menos una semana con la excusa de una cirugía programada. Muy conveniente.

Desde el gobierno insisten en que no es nada de emergencia, pero nadie cree la versión oficial. ¿Por qué programar una cirugía justo después de que su policía estatal atacó brutalmente a mujeres en la marcha del 8M? ¿Por qué su equipo de comunicación se tardó tanto en dar una versión clara?

Lo cierto es que su ausencia llega en el peor momento para su gobierno. Y aunque su gabinete insiste en que “todo sigue normal”, la imagen de Maru queda golpeada justo cuando el PAN necesita recuperar terreno frente a Morena.

Hugo González: candil del Zócalo, oscuridad del Cabildo

Hugo González, presidente del Consejo Estatal de Morena en Chihuahua, se fue al Zócalo a defender la soberanía de México, pero en su propio estado se ha convertido en el mejor aliado del PAN en el Ayuntamiento.

González no cuestiona a Marco Bonilla, no señala el derroche de recursos ni la privatización de espacios públicos, pero eso sí, cuando se trata de subirse a la foto en la Ciudad de México, ahí está en primera fila.

En política, el silencio también es una postura. Y Hugo González se ha callado cuando más debería hablar. Ha preferido acomodarse y garantizar su posición, antes que hacer su trabajo de oposición en Chihuahua. Se ha convertido en todo lo que juró destruir.

Expone Juan Carlos Loera el "Cártel del Agua"

El senador Juan Carlos Loera presentó un punto de acuerdo para exhortar a la CONAGUA a frenar la sobreexplotación de los mantos acuíferos en Chihuahua. Lo llamó el "Cártel del Agua", señalando que un grupo de políticos y empresarios han falsificado documentos para obtener concesiones ilegales y explotar el recurso sin restricciones.

Loera tiene razón: Chihuahua está en crisis hídrica, con el 100% del estado en sequía y el 46.5% del territorio en niveles extremos. Pero el problema es que este discurso llega tarde.

Durante años, políticos de todos los colores han permitido el saqueo del agua, y ahora, con un timming raro pretende venderse como el gran defensor del recurso. ¿Por qué no actuó antes?

Lo cierto es que el agua sigue siendo un botín político, y aunque Loera tiene razón en su denuncia, nadie confía en que esto se resolverá con discursos. Chihuahua necesita acciones, no exhortos.