

En un informe presentado esta mañana, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, reveló que las operaciones estratégicas coordinadas por el Gabinete de Seguridad han resultado en la detención de 1,137 personas vinculadas a actividades delictivas, consideradas generadoras de violencia en diversas regiones del país. Además, fueron aseguradas 865 armas de fuego, en un despliegue conjunto que ha involucrado a múltiples niveles del Estado mexicano.
“Estas acciones son el resultado de una coordinación fortalecida entre la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina, la Fiscalía General de la República, la Secretaría de Gobernación, la Guardia Nacional, el Centro Nacional de Inteligencia y las autoridades estatales. Hemos logrado actuar de manera contundente y focalizada en zonas de alta incidencia delictiva”, señaló el titular de la SSPC durante su participación en la conferencia presidencial de este lunes.
El funcionario destacó que estas detenciones se produjeron en apenas dos semanas, lo que da cuenta de la intensificación en el ritmo y alcance de los operativos especiales. Aunque evitó detallar regiones específicas, fuentes cercanas al gabinete confirmaron que gran parte de estas acciones se concentraron en corredores estratégicos del crimen organizado, tanto en el norte como en el occidente del país.
El decomiso de armas —más de 800 en solo 14 días— revela, según Harfuch, “la magnitud del arsenal en manos de organizaciones criminales y la urgencia de seguir cerrando el paso a sus estructuras logísticas”. La estrategia de seguridad, aseguró, se encuentra en una etapa de consolidación basada en inteligencia, operativos selectivos y articulación territorial, sin caer en medidas espectaculares o militarización indiscriminada.
La narrativa presentada se alinea con los informes recientes del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que registran una reducción sostenida del homicidio doloso, así como con la estrategia general del gobierno federal de priorizar la coordinación interinstitucional frente al uso unilateral de la fuerza.
En este nuevo escenario, la figura de García Harfuch adquiere relevancia como operador técnico de una política de seguridad que busca diferenciarse tanto del modelo de contención militar como del desmantelamiento descoordinado del pasado. La apuesta, afirma el funcionario, es por la eficacia operativa, el uso de inteligencia estratégica y el respeto a los derechos humanos.
Mientras tanto, las más de mil detenciones se perfilan como una señal de que la ofensiva institucional contra los grupos armados sigue en curso, en un país donde la recuperación de territorios tomados por el crimen aún representa uno de los mayores desafíos para el Estado mexicano.