

La Fiscalía General del Estado de Michoacán detuvo a siete de los escoltas del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, asesinado el pasado 1 de noviembre, al considerarlos responsables de homicidio calificado en comisión por omisión. Las detenciones se realizaron como parte de las investigaciones que buscan esclarecer el ataque perpetrado durante el Festival de Velas en la plaza principal del municipio, en el que Manzo fue asesinado a plena luz del día.
Los elementos de seguridad, integrantes de la policía municipal encargada de la protección directa del edil, fueron señalados por presuntamente no haber actuado de manera efectiva para evitar el homicidio, a pesar de estar presentes en el lugar. Las autoridades judiciales los trasladaron al penal Mil Cumbres, donde serán puestos a disposición de un juez de Control para definir su situación legal.
La línea de investigación por omisión ha generado controversia, ya que semanas atrás el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, había confirmado que los ocho policías a cargo del resguardo del alcalde estaban bajo investigación. Por su parte, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla había sugerido inicialmente que los escoltas eran indagados por un posible uso excesivo de la fuerza durante la detención del presunto agresor, Víctor Manuel Ubaldo, quien fue abatido tras un forcejeo con los propios agentes.
La detención de los escoltas abre nuevas interrogantes en el caso, al poner el foco sobre las responsabilidades institucionales en torno a la seguridad del alcalde asesinado, en un contexto marcado por el recrudecimiento de la violencia en Michoacán y las operaciones de grupos criminales en la región. Las autoridades locales aseguran que se seguirá una investigación a fondo, mientras el caso mantiene la atención nacional por sus implicaciones políticas y de seguridad pública.












