Movimiento Ciudadano, en su peor crisis en Chihuahua: El secuestro político del “Caballo” Lozoya

Local27/11/2025BP StaffBP Staff
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El lamentable espectáculo protagonizado por el diputado federal Alfredo “El Caballo” Lozoya, durante la grabación de un spot en el Centro Histórico de Chihuahua, no sólo generó indignación y burlas entre los ciudadanos, sino que también evidenció el deterioro político y moral que vive Movimiento Ciudadano (MC) en el estado.

Lozoya, montado a caballo en un acto que pretendía ser simbólico y terminó en accidente, buscaba capitalizar las protestas por la nueva Ley de Aguas con un mensaje populista que cayó en lo ridículo. Más allá de la vergüenza pública y el maltrato animal evidente, este hecho retrata a un político aferrado a una narrativa vacía que ya no conecta con la ciudadanía.

MC en Chihuahua vive secuestrado por el llamado “Grupo Parral”, una estructura política encabezada por Lozoya, con su alfil Francisco Sánchez y la diputada Alma Portillo como únicos rostros visibles. Lejos de consolidar un proyecto político serio o abrir espacios a nuevas generaciones, han monopolizado el partido y lo han convertido en un apéndice del poder estatal, votando sistemáticamente a favor de las iniciativas de la gobernadora panista Maru Campos.

La dirigencia nacional, ahora sin Dante Delgado en control total, parece incapaz de contener las ambiciones personales del grupo que, en lugar de construir una alternativa política en Chihuahua, ha optado por ser funcional a los intereses del PAN, a cambio de migajas y posiciones plurinominales.

La situación es crítica: sin base militante real, sin presencia generacional y con figuras desgastadas, Movimiento Ciudadano enfrenta una desbandada interna, imposición de candidaturas y un creciente repudio social. El caso de Lozoya, con acusaciones de robo de agua mediante tomas clandestinas en Parral, es símbolo del desprestigio que arrastra el partido. El propio director de la Junta Central de Agua, Mario Mata, informó que durante cinco años se extrajeron más de 1.4 mil millones de litros de agua mediante una conexión ilegal en una propiedad del exalcalde, situación que ya fue turnada a la Fiscalía estatal.

El escándalo, sumado al uso político de pipas de agua y a su reacción violenta ante las inspecciones, ha provocado un profundo malestar en la ciudadanía, que ve en Lozoya no sólo a un político cínico, sino a un símbolo del uso patrimonialista del poder.

Así, Movimiento Ciudadano llega a las próximas elecciones sumido en su peor momento en Chihuahua, sin liderazgo moral, sin proyecto, y con el rechazo creciente de una sociedad que no olvida ni perdona el oportunismo y el abuso. En un estado donde el agua escasea, el mayor desperdicio ha sido político: la oportunidad de construir una opción ciudadana real fue entregada al mejor postor.

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