

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a cargar contra México al exigir que el gobierno de Claudia Sheinbaum resuelva “de forma inmediata” su problema de agua y alcantarillado, al que calificó como una “verdadera amenaza” para los habitantes de Texas, California y el resto del país. La declaración fue publicada este lunes 8 de diciembre a través de su red social Truth Social, en medio del conflicto bilateral por el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944.
El republicano amenazó con imponer un arancel del 5 por ciento a las exportaciones mexicanas si no se da cumplimiento a lo estipulado en el acuerdo internacional, que regula el uso compartido de los ríos Colorado, Bravo y Conchos. En su mensaje, compartió un video donde se acusa al gobierno mexicano de verter aguas negras sin tratar al río Tijuana, lo que —según dijo— estaría generando un riesgo sanitario para comunidades estadounidenses cercanas a la frontera.
“¡México debe solucionar su problema de agua y alcantarillado INMEDIATAMENTE!”, escribió Trump, elevando así la presión en el marco de una disputa que ya ha generado tensiones diplomáticas y comerciales.
El martes, funcionarios de ambos países sostuvieron una reunión virtual para discutir el tema. Un día después, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió públicamente, asegurando que confía en alcanzar un acuerdo con Washington. “De todas maneras, ¿cómo tiene que actuar el Gobierno de México? Pues cumpliendo con el tratado, pero en la defensa también de los intereses del pueblo de México y de la nación”, señaló desde Palacio Nacional.
El Tratado de Aguas de 1944 establece que Estados Unidos debe entregar anualmente a México 1,850 millones de metros cúbicos de agua del río Colorado, mientras que México debe proporcionar 2,185 millones de metros cúbicos del río Bravo en ciclos quinquenales. Según las estimaciones difundidas por Trump, México tendría un adeudo de 986.4 millones de metros cúbicos acumulados, derivado de una prolongada sequía que ha afectado severamente el nivel de las presas en el norte del país.
Aunque el gobierno mexicano ha señalado las condiciones climáticas como la causa principal del retraso, la administración Trump parece decidida a convertir este tema en un punto de presión diplomática y electoral, con el argumento de que los incumplimientos mexicanos ponen en riesgo la salud y seguridad del sur estadounidense.
El conflicto por el agua se suma así a una larga lista de tensiones en la relación bilateral, marcada en los últimos meses por posturas divergentes en materia migratoria, comercial y de seguridad.












